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Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
martes 20 de diciembre de 2022, 10:00h

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El nuevo móvil de Sony no se desvía un milímetro de la línea que se marcaron desde que implosionaron la marca Xperia: un móvil para aficionados a la fotografía, sobre todo, si usan cámaras Alpha.

Sony todavía va más por libre que Apple en el mundo de la telefonía móvil. Las renovaciones de su gama Xperia repiten cada año diseño, apuesta por la pantalla y acercar la fotografía a la experiencia de un usuario de sus exitosas cámaras Alpha.

Cuando uno ve un móvil con bordes rectos ligeramente biselados y superpanorámico con un lector de huellas en el lateral derecho, justo a la altura del pulgar, sabe que con altísimas probabilidades se trata de un Xperia

Lo cierto es que antes de estas versiones de Xperia, Sony había apostado por un diseño monolítico, un bloque de cristal y aluminio, habitualmente negro con un formato algo más apaisado que la mayoría. Tras el último intento de mantener un catálogo amplio y centrarse en pocos modelos en la parte alta-altísima de la tabla de precios, el formato de pantalla todavía se ha estirado más. Así que, cuando uno ve un móvil con bordes rectos ligeramente biselados y superpanorámico con un lector de huellas en el lateral derecho, justo a la altura del pulgar, sabe que con altísimas probabilidades se trata de un Xperia.

Pantalla

Y eso mismo le pasa al Xperia 5 IV, un móvil construido alrededor de una buena pantalla y un gran sistema fotográfico (y videográfico). En cuanto a la primera, la pantalla es OLED, mide 6,1 pulgadas de diagonal y mantiene el formato cinematográfico de 21:9, es decir una proporción mucho mayor de altura que de anchura, al estilo de las pantallas de cine. Es de alta resolución: 2.520 x 1.080 píxeles, es decir Full HD+, por debajo de los inalcanzables Pro-I (1.800 euros), pero con un pico de 1.000 nits de luminosidad que le permite un uso perfecto a plena luz del sol.

Sí se debería mejorar en el refresco de pantalla. No tanto porque se quede en los 120 hercios (creo que son suficientes), sino porque no es un refresco adaptativo. Es decir, no pasa de un hercio (o 10) a 60, 90, 120 en función de las necesidades de lo que se esté haciendo en ese momento, sino que hay que elegir en la configuración si se quieren 60 o 120 hercios.

El Xperia 5 IV aprovecha la proporción tan apaisada de la pantalla para hacer desaparecer (casi) la ventana por la que asoman la cámara frontal, el sensor de luz ambiental... Han optado por colocar todo en un marco muy estrecho en la parte superior de la pantalla, de tal forma que parece que no hay flequillo ni agujero taladrado en la pantalla. Parece que no, pero se agradece a la hora de manejar la cámara y de ver películas o de jugar.

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Cámara

Cuatro cámaras, tres traseras y una delantera. Y todas con sensor de 12 millones de píxeles... Pero, vamos a ver, ¿no apuesta por la fotografía? ¿Y cómo lo va a hacer con sensores de una resolución tan pequeña? ¡Pero si la competencia los tiene de 200!

Aquí llega el momento en el que hay que repetir un mantra que llevamos escribiendo desde hace una década: la resolución de los sensores no logra, por sí sola, la calidad fotográfica. Pesan más otros factores, desde las ópticas hasta el software o el tamaño de los sensores y de los píxeles.

Por ejemplo, los sensores de este Xperia 5 IV van desde las 1/1,7 pulgadas de la cámara principal hasta las 1/3 pulgadas del tele corto. Las tres traseras son las convencionales: gran angular, súper gran angular (124 grados) y tele: equivalentes a distancias focales de 24 milímetros, 16 milímetros y 60 milímetros. Todo ello manejado desde las aplicaciones Cámara Pro (por defecto) y Vídeo Pro, probablemente, las más completas que se pueden encontrar, capaces de satisfacer a los aficionados a la fotografía que quieren y saben controlar todos los aspectos de una toma.

Los tres objetivos se comportan bien tanto en capturas de día como de noche

Si bien podemos controlar prácticamente todo, el modo básico nos lo da masticado. El botón dedicado -se maneja como un obturador de una cámara "de verdad"- le aporta rapidez y comodidad en el disparo y obliga en cierta forma a sujetar el móvil como una cámara de fotos. Los tres objetivos se comportan bien tanto en capturas de día como de noche.

Si cumple de sobra en fotos, el modo vídeo permite resoluciones de hasta 4K a treinta imágenes por segundo con su aplicación propia y una estabilización correcta.

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Rendimiento y batería

El procesador Snapdragon 8 de primera generación de Qualcomm con arquitectura de cuatro nanómetros, apoyado en ocho gigas de RAM, junto a un sistema operativo Android 12 con una capa de personalización de Sony bastante ligera, lo convierten en un terminal rápido y fluido e, incluso, apto para videojuegos potentes con su aplicación Optimizador de juegos. Tanto con videojuegos como con Vídeo Pro tiende a calentarse.

La batería es de 5.000 miliamperios y da perfectamente para una jornada intensa (no mucho más allá). Tiene carga rápida a 30 vatios, pero sin cable ni cargador en la caja. Y cuenta con carga inversa. Es decir que puede dar carga, por ejemplo, a unos auriculares.

Otros detalles que siempre gustan de Sony con sus móviles: son resistentes al agua (IPX8), la memoria interna de 128 gigas se puede ampliar por tarjeta hasta un tera, no hay que utilizar pincho para abrir la solapa de la bandeja de memoria y la colocación del sensor de huella en el lateral está en el punto perfecto de agarre.

Ah, no sé qué terminación le han dado al cristal de la trasera que no atrapa ni una huella...

También es verdad que se pueden dar el gusto de invertir en ello, porque tiene un precio importante: no llega a los 1.799 del Pro-I, pero alcanza los 1.049 euros.

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