Desde que ChatGPT se volvió popular, ha habido varias peticiones para regular la inteligencia artificial debido al aumento del riesgo de su extinción. Algunas de estas cartas fueron firmadas por personas destacadas en este ámbito, incluyendo al CEO de OpenAI, Sam Altman, y a dos eminencias de la inteligencia artificial Geoffrey Hinton y Yoshua Bengio. El tercero, Yann LeCun, que trabaja en Meta, se unió recientemente a la carta desafiando las regulaciones de la UE. En ella, también se incluyen ejecutivos de diversas empresas, como Cellnex, Mirakl y Berenberg. Aunque se hizo un llamado a comentar, empresas como Renault y Meta, así como otros firmantes, aún no se han pronunciado al respecto.
La carta se enfoca principalmente en la versión del Parlamento Europeo, ya que pasaron de un enfoque basado en riesgos a uno basado en tecnología, lo que no estaba contemplado en el texto original, según Cedric O, exministro digital de Francia y uno de los tres organizadores de la carta.
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Por otro lado, la carta advertía que la regulación propuesta por la UE para tecnologías como la IA generativa sería muy estricta, lo que generaría altos costos de cumplimiento y riesgos de responsabilidad desproporcionados para las compañías que desarrollan estos sistemas.
Según la carta, esta regulación podría ocasionar que empresas muy innovadoras trasladen sus actividades al extranjero y que los inversores retiren su capital del desarrollo de la IA europea en general.
Finalmente, en mayo, Altman de OpenAI amenazó con retirar ChatGPT de Europa si se volvía muy difícil cumplir con las próximas leyes de IA, pero luego cambió de opinión y dijo que la compañía no tiene planes de salir.