El texto, elaborado por Raúl Magallón, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid e investigador en este ámbito, defiende los interés de la prensa española y la lucha contra la desinformación, en línea con las prioridades de la Unión Europea, como parte de un esfuerzo colectivo que nos afecta a todos.
El manifiesto
El manifiesto firmado por 14 grupos de comunicación y tres entidades de la talla de Clabe está formado por doce bloques diferenciados en los que se defienden la democracia a través de la verdad y la información fiable.
Además, los firmantes de esta declaración refuerzan su compromiso con el periodismo y la comunicación, comprometidos con la información y con la búsqueda constante de la verdad. Las entidades que puedan adherirse pueden hacerlo firmando el manifiesto.
- La desinformación es un problema que afecta a la calidad de nuestra democracia y a nuestro futuro en común.
- La desinformación es una amenaza global que se adapta a contextos locales, adquiere diferentes formas y procedimientos y necesita respuestas locales en un marco de coordinación europea y global.
- La desinformación tiene un impacto en la credibilidad y confianza depositada por la ciudadanía en las instituciones y en los agentes sociales que puede acabar afectando al progreso de los sectores económicos, científicos, culturales y sociales de nuestro país.
- La desinformación hace más difícil el trabajo de todas las personas comprometidas con la salud democrática, económica, cultural y social porque tienen que dedicar mucho más tiempo y esfuerzo a verificar informaciones y buscar su trazabilidad.
- Más información no es sinónimo de más democracia, pero mejor información aumenta la confianza y credibilidad de nuestras instituciones, empresas y organizaciones.
- El ejercicio del periodismo y de la comunicación, en general, es un pilar democrático frente a la desinformación y se debe ajustar al compromiso social de informar con datos, fuentes contrastables y hechos.
- Las medidas para combatir la desinformación deben partir de una mayor transparencia y rendición de cuentas de las administraciones públicas y de quienes -como las empresas, los medios de comunicación y otros agentes del sistema mediático, informativo y digital- juegan un papel social relevante.
- Las soluciones y respuestas al fenómeno de la desinformación pasan por la colaboración y cooperación entre las instituciones públicas, el sector privado y la sociedad civil.
- Reclamamos a las instituciones y a las organizaciones públicas y privadas un compromiso público que se traduzca en acciones concretas que ayuden a combatir la desinformación y supongan un rechazo evidente de prácticas dirigidas a confundir a la ciudadanía y condicionar la toma de decisiones.
- La alfabetización mediática, digital y algorítmica se presenta como la principal solución y debe ser integrada de forma completa y dialogada en la educación secundaria y en las políticas públicas.
- Demandamos una mayor colaboración entre instituciones y administraciones públicas, medios de comunicación, plataformas tecnológicas y organizaciones de la sociedad civil. En particular, durante periodos electorales para dar respuesta a posibles injerencias extranjeras en la lucha contra la desinformación.
- Una sociedad comprometida con la verdad será siempre una sociedad más democrática, más fuerte y con un futuro en común más prometedor.