Así, se trata de un teléfono de pantalón, bolsillo de camisa, pequeño bolso, etc. básicamente dirigido a quienes les gusta llamar la atención con su móvil, a quienes optan por la comodidad y a quienes no requieren de sofisticados servicios y aplicaciones. Es pequeño, con un diseño muy llamativo, pantalla de 65.000 colores, cámara VGA y sistema de transmisión/conexión GPRS. Suficiente para la vida diaria y, sobre todo, para el verano, época en que nos faltan bolsillos y buscamos aliviar peso (especialmente los hombres con la caída de la americana). El Newgen E1100, coreano de origen, está distribuido en España por CMR, empresa que ha incorporado un magnífico equipo técnico que se encarga de personalizar los terminales para gustos y preferencias más mediterráneas. La primera curiosidad que llama la atención del E1100 es la posición del teclado; ya que está dividido en tres áreas, dos de las cuales, las que componen el teclado alfanumérico, se sitúan en fila a los lados de la pantalla. Una disposición en principio extraña, pero que en cuanto se usa un par de veces resulta fácil acostumbrarse. La división es clara: del 1 al 5 con sus correspondientes letras (hasta la L) en el lado izquierdo; del 9 al 0 y de la M a la Z a la derecha. El asterisco a la izquierda y el cuadradillo a la derecha. Ya debajo de la pantalla, dos teclas multifunción, las de llamar y colgar y un navegador de cinco posiciones con cuatro accesos directos predeterminados (cámara, agenda, alarma y calendario) debidamente indicados con pequeñas serigrafías. Hay que señalar que desde la tecla de OK o aceptar se accede también, directamente, al navegador WAP del teléfono.
Funcional ¿Y qué hace un terminal tan pequeño? Pues muchas más cosas de las que los usuarios se puedan imaginar. Para empezar, como el sistema es GPRS, ofrece todo lo que éste permite: realizar descargas, capturar y enviar imágenes por MMS (mensajes multimedia), conectarse a la Red y realizar búsquedas en Internet (en este caso sí debemos tener en cuenta que el tamaño de la pantalla es limitado y, si bien nos soluciona una consulta, no es el terminar idóneo para navegar durante mucho rato), etc. Así mismo, se pueden programar alarmas con detalles curiosos como que los submenús, matriciales, muestran pestañas en las que están catalogadas en grupos las distintas melodías que podemos seleccionar para despertarnos (ruidos de la naturaleza, tonos, sonidos polifónicos...) y otro desplegable nos ofrece la opción de que la alarma sea diaria, ocasional o de lunes a viernes. También en el menú de herramientas encontramos la calculadora; un reloj mundial visual en el que se desplaza el meridiano sobre un mapamundi e indica la hora de la principal capital del mismo; un cronómetro y una hoja de cambio de moneda. La agenda, con 300 registros, tiene en cada uno de ellos múltiples campos, además de la función de photocall, por la cual el nombre del llamante se vincula a una imagen que aparece en pantalla cuando suena el teléfono. Si no tenemos una foto, el sistema nos permite una caracterización con un programa que traen otros terminales de la marca y con el que podemos crear dibujos de personajes a los cuales es factible cambiar el pelo, la ropa, los complementos, determinados rasgos, etc., de forma que se identifiquen o se aproximen a nuestro posible interlocutor. También en el submenú ‘teléfonos’ se pueden editar grupos, asignar teclas de marcación rápida, ver los servicios del operador, el estado de la memoria, la relación de números personales, y nuestro propio perfil. Por su parte, el organizador, con vista de calendario mensual, nos facilita el control de las citas (a las que se les puede vincular una alarma), lleva una hoja de tareas donde se pueden señalar prioridades, una relación de notas de texto y otra de aniversarios igualmente con alarmas. Por último, una función que regula, si queremos, la hora de encendido y apagado automático del terminal.