Orange, que se encuentra envuelta en un proceso de fusión de su filial española y el Grupo MásMóvil en nuestro país, ha defendido una vez más sus intenciones de completar el proceso este año y de conseguir “la aprobación de Bruselas para la fusión antes de finales de año”.
“Estamos trabajando en ello para que nos dé la mejor posición para que sea una operación exitosa”
Asimismo, ha explicado que ambas entidades están aprovechando la parada de reloj del regulador europeo para “darnos el tiempo para encontrar la mejor solución posible” y “estamos trabajando en ello para que nos dé la mejor posición para que sea una operación exitosa”.
En esta línea, la teleco avanza en su plan para definir unos posibles remedies que asumen ya como obligados y que todavía no se han definido, a pesar de que Digi, Finetwork, Adamo y Avatel ya se postulan para hacerse con ellos.
Después de ello, Orange entrará en un periodo para cerrar la operación que consiste en levantar deuda y cerrar las negociaciones. Además, confían en que el proceso para la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI) no afectará a la decisión.
No hay despidos previstos
“Dentro de estas sinergias no se contempla un plan social, son básicamente a nivel industrial”
Preguntado al respecto, Pech ha incidido en que “las sinergias de la fusión no conllevan una reducción de empleos” y que no está previsto que se despidan empleados como parte de la fusión. “Dentro de estas sinergias no se contempla un plan social, son básicamente a nivel industrial”.
“Siempre hemos comunicado que esta operación se sostenía por las economías de escala que venía de juntas dos compañías en una red. Incluso si miramos a nivel de compatibilidad o complementariedad, no se trata de una operación donde haya muchos solapes, sino muchas complementariedades”, asegura Pech.
El debate del fair share
Asimismo, Luz Usamentiaga, directora de regulación, asuntos públicos y sostenibilidad de Orange España, ha defendido los resultados de la consulta pública de Bruselas sobre el sector de las telecomunicaciones y confía en que se avance para una regulación nueva.
“La regulación de hoy en día se puso en marcha en 1998 y desde entonces han cambiado muchas cosas en el mercado y en la situación general en el mundo”, apunta Usamentiaga. “Hay bastante sensibilidad sobre los cambios y las redes de telecomunicaciones y la capacidad de dar una respuesta europea a una realidad global”, asegura la directiva.