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Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
sábado 29 de octubre de 2022, 13:27h

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Volvamos a 1858; a Villeret, en las montañas suizas del Jura; allí Charles-Yvan Robert fundó un taller de relojería que se llamó Fabrique d'Horlogerie Minerva, el cual se convertiría en uno de los centros de manufacturación de mayor prestigio y precisión del mundo.

En 2006, tras décadas sumergidos en el mundo de los artículos de lujo, especialmente en aquellos vinculados a la escritura, el grupo Richemont compró Minerva y asoció el prestigio del fabricante suizo a una de sus marcas de mayor renombre: Montblanc. Así, sus relojes iniciaron su ascenso al Olimpo de la cronometría.

Hace sólo unos días, el pasado 6 de octubre de 2022, Laurent Lecamp, director gerente de la división correspondiente de Montblanc, declaraba a Vanity Fair: “Nuestro objetivo es que cada novedad que desarrollemos y presentemos tenga una fuerte narrativa detrás. La diferenciación, la innovación y el valor percibido son también pilares fundamentales de nuestros modelos”.

Y es esta frase la que es fácil recordar cada vez que se mira su último modelo de smartwatch, el Summit 3, presentado la pasada primavera y en el que, entre otras cosas, se pueden seleccionar pantallas que muestran con todo el sabor añejo de la fábrica de Villeret (Suiza), u otras que aportan una línea más ‘fit’ y actual al que, sin duda, es un artículo de auténtico lujo.

Montblanc Summit 3, cómo es y a quién va dirigido

Siguiendo el espíritu y la línea de productos de la marca, el nuevo reloj de Montblanc es tan exclusivo como inteligente, pensado para los días en que, aquellos que pueden permitirse pagar su precio (1.270 euros) quieren saber de sí mismos (aplicaciones biométricas y de salud), de los demás (gestión de correo, notificaciones, tareas, etc.), y de su entorno (posicionamiento, brújula, el tiempo, etc.)

El Summit 3, es un producto muy ligero (52 g), construido en titanio cepillado y pulido a mano; lo que le garantiza, en condiciones de uso normal, una vida larga y sin desperfectos. El bisel es de acero inoxidable, al igual que la trasera, en la que aparecen grabadas las marcas de fábrica y el número de modelo. También son reconocibles a la vista el punto de carga y los sensores biométricos que caracterizan este tipo de productos.

El cristal que cubre la caja es de zafiro anti-rayaduras y protege una pantalla AMOLED (LED de matriz activa) de 1,28" 416 x 416 píxeles de resolución, muy nítida, con retroiluminación regulable o adaptativa. En el lateral de la caja, una esfera giratoria muy precisa y útil y dos pulsadores: el superior, que nos lleva hasta las aplicaciones (tanto las que vienen de fábrica como las que podemos descargar de Google Play) o hasta las apps que hemos utilizado recientemente. Todas ellas funcionan bajo sistema operativo Wear OS 3.0, en el que tendremos que identificarnos para sincronizar nuestra cuenta de Google.

Entre las aplicaciones de uso cotidiano, más allá de las biométricas (pasos, calorías consumidas, ritmo cardiaco con registro, medición de oxígeno en sangre, calidad de sueño, control de energía corporal, índice de UV), hay que destacar el uso de los mapas, ya que va combinado con la brújula y dispone de detalle visual de la ruta sobre el mapa y de explicación paso a paso; además, mantiene a la vista el tiempo que nos falta para llegar, la hora exacta y combina nuestra actividad con el teléfono.

Otra opción en la que sobresale es en la gestión del correo electrónico, ya que leer los ‘mail’ moviéndose a través de la esfera lateral es fácil, cómodo y te permite eliminarlo, responder (escribiendo, grabando o con respuestas predeterminadas), marcarlo como no leído, borrar o abrir en el teléfono.

Cuando hablamos del Summit 3, hablamos de un reloj gestual que hacia los lados abre las aplicaciones básicas del fabricante, hacia abajo las herramientas (linterna, modo avión, modo cine, ajustes, no molestar, busca mi móvil) y, en cada una de las pantallas, navegando hacia arriba o con una pulsación larga, aparecen otras opciones como registros semanales de las actividades biométricas, o cambio de posición de la pantalla, etc.

Snapdragon ‘inside’

Y si hablamos de lo que no vemos, hay que contar que el reloj funcional al ritmo de un corazón Qualcomm; exactamente un sistema de chips Snapdragon 4100+, el cual está optimizado para Wear OS 3; tiene un doble procesador o más exactamente un procesador de 12 nm y un co-procesador que se encarga de las actividades ‘always on’, con el fin de optimizar el consumo de energía y no tirar siempre de la potencia del procesador principal.

El 4100+ dispone de cuatro núcleos Cortex A-53 + un Cortex-M0. Aporta Bluetooth 5.0, WiFi en la banda de los 2.4 MHz, NFC para, entre otras cosas, poder pagar con Google Pay o gestionar el correo con facilidad. Así mismo, un procesador gráfico Adreno 504A (de ahí la calidad de los gráficos), 1 GB de RAM y 8 GB de almacenamiento interno.

Es decir, una maquinaria muy potente que se combina con una resistencia al agua de 5 Atm (nos podemos bañar y nadar sin problema alguno) y sensor cardiaco, barómetro, acelerómetro, giroscopio, micrófono y luz ambiental.

El precio de la perfección

¿Es perfecto? No. Su debilidad está en su virtud: sus muchas capacidades y su precisión en todo el funcionamiento conlleva un fuerte consumo de batería; por tanto, habrá que ponerlo a cargar diariamente. Eso sí, se recupera bastante rápido.

Y aunque elijamos este apartado de debilidades para mencionarlo, realmente no lo es, porque hablamos de paciencia. El nuevo reloj de Montblanc, como casi todos los dispositivos tecnológicos, requiere un poco de paciencia si queremos sacarle el máximo partido; y es que tiene muchas opciones de personalización y si el propietario no es muy intuitivo, tecnológicamente hablando, hay que ponerse delante del libro de instrucciones para que todo ruede perfectamente: el tipo de esfera, el color, el diseño de las manecillas, número de esferas auxiliares, función de cada una de ellas, descarga de aplicaciones, orden de pantallas, configuración de notificaciones…). Dice un viejo refrán que el que algo quiere, algo le cuesta y eso es lo que nos exige en los primeros días de uso poder presumir de llevar el que se supone es, hoy por hoy, el mejor smartwatch del mercado. Un suizo en toda regla.

Presentación exquisita

Y si el reloj, en sí mismo, habla de distinción, el pack de venta no deja a nadie indiferente. Con forma de mini escritorio al cuerpo principal del producto le siguen un par de pequeños cajones; uno para guardar la documentación y la literatura y el otro para puerto de carga y el cable de éste (micro USB C, con formato propietario). Hablamos de una caja que conlleva un sentimiento de sorpresa y deseo irrefrenable que te hace sentir bien, especial.

El precio, ya lo hemos comentado: 1.270 euros que deberemos pagar en las muy exclusivas tiendas de Montblanc.

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