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Prueba del Samsung Galaxy Z Flip3 5G

Cámara secundaria del Samsung Galaxy Z Flip3
Cámara secundaria del Samsung Galaxy Z Flip3 (Foto: JLT)

El Fold, para trabajar y el Flip, para molar

Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
viernes 24 de septiembre de 2021, 11:08h

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Flip y Fold son dos aproximaciones muy diferentes de Samsung a los terminables de pantalla flexible. El Fold destaca en productividad, pero el Flip es mucho más divertido.

Cuando Samsung presentó a la prensa especializada en tecnología los nuevos plegables, el que me apetecía probar desde el principio era el Flip. Desde el principio me atrae más el formato de concha que el de libro para los terminables flexibles, aunque, tras haber probado el Fold, entiendo que para productividad y funciones multitarea, este último lo supera con ventaja.

Para mí la enorme ventaja de un móvil con pantalla plegable es que puedes llevar un terminal de pantalla grande en el bolsillo cómodamente. Recuerdo que, en tiempos, esa era una de las pruebas que tenía que pasar un móvil: te lo metías en el bolsillo del vaquero -otro tipo de pantalón tiene bolsillos más practicables- y flexionabas la pierna o te sentabas. Si se podía hacer con comodidad, aprobaba; si no lo hacía...

Cierto que los tiempos han cambiado mucho. Pero la verdad es que, aunque nos hayamos acostumbrado a acarrear móviles enormes, se agradece el Z Flip3: un teléfono de concha que cabe perfectamente en un bolsillo del pantalón -incluso si es un vaquero- y que al abrirse muestra una pantalla de 6,7 pulgadas en formato cinematográfico (22:9).

El Z Flip3 es un teléfono de concha que cabe perfectamente en un bolsillo del pantalón -incluso si es un vaquero

La máquina de marketing de Samsung está orientando el Z Flip3 a un público joven, creativo, divertido... Mucho color, accesorios diferentes y también coloridos, moda, diseño, redes sociales... Y la verdad es que es lo que me parece este terminal: juvenil y divertido, un capricho que, con la buena noticia de la reducción del precio, si bien no está al alcance de todo el mundo, sí de muchos; a lo que hay que sumar las múltiples posibilidades de compra que ha puesto la compañía sobre la mesa.

El precio de 1.059 euros -puestos a gastarlos, compensa aportar 50 euros más y llevarse el modelo de 8 gigas de RAM y 256 de almacenamiento- es el de un flagship de marca y tiene muchas características de ese tipo de terminal. (Hablando de precio, se pueden conseguir 100 euros extra de descuento al entregar el móvil antiguo).

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Cámaras

Es más rápido decir qué característica NO es de flagship; ya que básicamente es una y se justifica por el público al que va dirigido: las cámaras. Es verdad, que Samsung podría haberse esforzado un poco más en este campo y modificar al alza las cámaras originales del modelo, porque es cierto que, casi todo lo demás lo ha pulido con respecto al Flip original y a la segunda versión, la 5G. Y decimos esto porque se trata del mismo juego de cámaras que montaba el Z Flip 5G: las dos cámaras traseras son un gran angular (78 grados de campo de visión) y un ultra gran angular (123 grados). Las dos con sensores de 12 MP. Es algo más luminoso el gran angular (f/1,8 frente a f/2,1), pero no se llevan mucho.

La cámara selfie también repite: sensor de diez millones de píxeles con una apertura f/2,4. A pesar de que las cifras no hablan de una cámara premium, la verdad es que lo suple con el apoyo del software y con la versatilidad que le da el modo flex. Se podría decir que, si bien no es un móvil para un aficionado a la fotografía, si lo es para todos los que se dedican a compartir imágenes en redes sociales. A ojos de un usuario medio o incluso aficionado (aunque no profesional),,la cámara da unos resultados excelentes.

Rendimiento de la mano de Qualcomm

En un teléfono de alta gama se espera un procesador equivalente. El Flip lleva el Snapdragon 888 de Qualcomm. Esta vez también sin distinciones. Qualcomm para todos. Y la verdad es que le sienta muy bien. Con este procesador, acompañado de ocho gigas de RAM, se atreve con muchas cosas. Incluso con juegos y con multitarea. Porque de poco serviría una pantalla así y un modo flex sin poder dedicar una parte de la pantalla a una cosa y la otra mitad a otra.

No sólo el procesador, sino también la pantalla, ahora con 120 hercios de refresco -adaptativos, es decir que sube hasta los 120 Hz cuando lo necesita y baja la velocidad de refresco cuando no hace falta para ahorrar trabajo del procesador y batería-.

El prodigio de estos móviles está en la pantalla. Lograr una que prácticamente se pliegue por la mitad (no llega a ser un pliegue total y al cerrarlo se percibe una separación en la parte central) y que, a la vez, funcione como una pantalla táctil con resolución y brillo sin complejos y, además, resistente es todo un reto.

La resistencia por bandera

Y es que en esta ocasión Samsung ha querido presumir de resistencia. Hay que tener en cuenta que es una pantalla plástica y que no puede estar protegida por cristal porque tiene que plegarse. Pues han logrado que sea un 80% más resistente que en el modelo anterior.

Dicen que la bisagra está comprobada hasta los 200.000 plegados, la verdad es que funciona a la perfección. Puede parecer una nadería, pero es un componente esencial de estos terminales. Si la bisagra no funciona a la perfección, olvídate. Y Samsung lo sabe bien porque sufrió ese problema en su primera experiencia flexible.

Y no sólo aporta ese cierre y apertura que se puede manejar con una mano, sino que funciona como un continuo. Se puede abrir en cualquier ángulo entre 0 y los 180 grados. Eso convierte al Z Flip3 en un monitor muy versátil que se puede enfocar en cualquier dirección.

Continuando con el hilo de la resistencia, el Z Flip3 -como la mayoría de los móviles importantes- está construido con un armazón metálico, una pantalla de cristal (plástico en este caso por aquello de la flexibilidad) y la trasera también de cristal. El metal del chasis suele ser aluminio -Apple emplea en sus iPhone Pro acero quirúrgico, pero es una excepción-, y el del Z Flip3 es "aluminio armado". Lo he consultado en varias ocasiones, pero no consigo saber si es una nueva clasificación de aluminio o simplemente un nombre comercial. Si para la pantalla principal han empleado una capa protectora más, en la trasera utilizan la última versión de Gorilla Glass: Victus.

Y, para rematar, es resistente al agua con la máxima certificación IPX8. Un esfuerzo importante porque al reto de aislar del agua las juntas habituales y los puertos, se suma la bisagra.

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Una de las críticas más generalizadas con las versiones anteriores del Z Flip3 era el tamaño de la pantalla exterior. La verdad es que con apenas 1,1 pulgadas de diagonal servía para bastante poco. La del Z Flip3 es de 1,9 pulgadas. Podría parecer que no es un salto grande. Y, sin embargo, es útil. Ahora sí se puede utilizar la cámara sin necesidad de abrirlo, ver cómo quedará la foto que te están haciendo, gestionar notificaciones e, incluso, pagar utilizando Samsung Pay.

Y, además, la pantalla exterior está muy bien integrada. No rompe para nada un diseño fresco de líneas rectas y despejadas. Si también llevas un Galaxy Watch en la muñeca y eres un fashion victim, estás de suerte, porque se pueden conjuntar los fondos de pantalla del Z Flip3 y del Watch.

Por cierto, también se puede utilizar como un móvil de alta gama "normal". Incluso se puede llamar por teléfono. Y sí, claro, es compatible con la 5G.

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