El gigante asiático TCL, patrocinador oficial de la Real Federación Española de Fútbol, ha logrado durante el pasado año revalidar su posición como uno de los mayores fabricantes de televisores y para ello se ha apoyado en una potente gama media que destaca por tener una gran relación calidad-precio que se materializa en su serie C.
En este caso, conocemos a fondo la C805, un modelo que cuenta con un diseño especialmente cuidado con un pie estrecho de plástico (con un acabado que luce más aluminio) en la zona central resistente a arañazos que permite su instalación en casi cualquier mueble, con espacio suficiente en su zona inferior para situar una barra de sonido, unos adornos, un router o lo que se quiera colocar.
Se trata de una televisión con un diseño elegante fácil de integrar en cualquier decoración gracias a unos tonos negros y marcos finos.
Calidad de imagen
La TCL C805 monta un panel con tecnología Mini LED (disponible en varios tamaños de desde 50 hasta 85 pulgadas) con resolución 4K (3840x2160px) que es capaz de emular el funcionamiento de una pantalla OLED gracias a la tecnología de Local Dimming completa que incorpora 384 zonas independientes capaces de encenderse y apagarse para dar una imagen más nítida y realista, especialmente con los negros.
El equipo cuenta con la tecnología Quantum Dots que permite lograr un mejor contraste gracias los LED microscópicos y un color más definidos gracias a los puntos cuánticos que son capaces de filtrar las diferentes longitudes de la onda, lo que permite bajar a la gama media tecnologías punteras.
Esto nos ofrece una calidad de imagen de alto nivel con un contraste muy logrado, sin ser OLED, y sin problemas como el blooming en los bordes del televisor, aunque sí notamos algo en las franjas negras cuando se consumen contenidos 16:9 o más cinematográficos. El brillo es bastante bueno también, con picos de 1.000 nits.
El color, por su parte, está realmente conseguido, con una sensación de altísima calidad y sin ninguna aberración cromática visible, lo que nos permitirá disfrutar de cualquier escena sin problema, pero sin esperar tampoco las calidades más avanzadas que permite la tecnología OLED.
Por otro lado, nos encontramos con una tasa de refresco de 144Hz, lo que aumenta la fluidez de los contenido, clave para disfrutar de películas de acción, deportes y videojuegos, lo que eleva considerablemente la sensación de calidad de imagen.
Asimismo, incorpora una larga lista de estándares HDR: HDR10, HDR HLG, HDR10+, HDR DOLBY VISION y DOLBY VISION IQ, lo que permite una ecualización de imagen y aspecto similar a la ideada por los creadores de los contenidos.
Sonido
Como una televisión no es solo imagen, sino también sonido, el apartado de altavoces y de certificaciones en esta área es realmente importante. En concreto, cuenta con dos altavoces de 15W cada uno en la parte trasera, no son cifras de la gama alta, pero lo complementa con la última tecnología: Dolby Atmos y DTS Virtual-X.
Estas tecnologías permiten crear una sensación de sonido envolvente y 3D, que permiten reproducir efectos simples como los pasos, los disparos o los sonidos ubicados geográficamente.
Conectividad y experiencia de uso
A nivel de conectividad, TCL incluye en la C805 todo lo básico y necesario que se puede esperar de un equipo de gama alta, pero en la gama media. Es decir, tenemos cuatro puertos HDMI 2.1, HDCP, eARC ideal para barras de sonido, un puerto USB 3.0, puerto ethernet, salida de audio digital optical, puerto para auriculares, y puertos para la TDT y satélite, así como una ranura para tarjetas CI.
La C805 de TCL cuenta en su interior con el procesador AiPQ 3.0, que mejora varios aspectos utilizando algoritmos de inteligencia artificial, como el contraste (con Ai-Contrast) al ser capaz de analizar en tiempo real los niveles de brillo y oscuridad para equilibrar los balances. Lo mismo ocurre con nitidez de las imágenes gracias a Ai-Clarity y los colores con Ai-Colour.
A nivel de software, TCL apuesta por Google TV como sistema operativo que permite un acceso total a todo tipo de aplicaciones y servicios para instalar en la televisión. Además, la colaboración con Google incluye también el Asistente de Google, compatibilidad con Android y opciones de Chromecast para lanzar contenido desde el móvil al televisor.
Además, incluye varios contenidos propios de la marca como TCL Channel y Web, dos servicios que buscan ser alternativa a Google TV.
Experiencia gaming
La industria de los televisores lleva ya varios años poniendo el foco en los gamers, en gran medida porque una buena calidad de imagen para gaming permitirá cumplir con los más altos estándares de las obras cinematográficas y de las series más punteras. Por ello, incluye tecnologías como la tasa de refresco y conectividades como los puertos HDMI, y la compatibilidad con VRR o tasa de refresco variable y ALLM o baja latencia para que el control del juego sea instantáneo.
TCL incluye en sus modelos la Game Bar 2.0, una barra virtual que se puede activar con un botón del mando y permite diferentes capas o filtros de imagen para los juegos, ayudas de puntero para los juegos de shooting y la posibilidad de activar el HDR especial para gaming (HGIG), entre otras opciones.
El mando
Para controlar la televisión, TCL incluye su ya tradicional mando, un equipo grande y con una botonadura completa con teclado numérico que es sencillo, ligero y muy fácil de utilizar. Este mando de color negro cuenta con
El mando cuenta con acceso directo a plataformas de streaming como Netflix, Prime Video, YouTube y los tres servicios de la marca: TCL Channel, TCL Home y Web.
Conclusión
La TCL C805 es una apuesta clara por la calidad y el buen rendimiento de una televisión con un diseño minimalista que se adecúa a la perfección en cualquier hogar y que permite disfrutar de una gran imagen. La resolución 4K a 120Hz y 144Hz, el soporte para HDR10+ y Dolby Vision, el sistema operativo renovado, los dos puertos HDMI 2.1 y el control del blooming son solo algunas de las ventajas de la C805
Este equipo es una clara apuesta por una gran relación calidad/precio en el mercado con un gran volumen de puntos positivos que lo hacen una recomendación más que obligada.
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