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Que empiece la mascletá: la Comisión Europea ha firmado la Jv MásMóvil – Orange

Que empiece la mascletá: la Comisión Europea ha firmado la Jv MásMóvil – Orange

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
miércoles 21 de febrero de 2024, 01:23h

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Esperábamos la noticia de un momento a otro, y llegó. El resumen de la misma sería poco más o menos el siguiente: La Comisión Europea ha aprobado la fusión entre Orange España y el Grupo MásMóvil, creando así la mayor empresa de telecomunicaciones en España. La operación incluye la adquisición del espectro de MásMóvil por parte de la rumana Digi, quien se convierte en el cuarto mayor operador del país, por detrás de la telco recién nacida de la fusión (sin nombre definitivo aún), de Telefónica (con los árabes y el Gobierno en su accionariado) y de Vodafone (adquirida por Zegona hace unos meses y a la espera de la desdicha de un ERE sin precedentes). La joint venture tendrá una valoración conjunta de 18.600 millones de euros y generará sinergias de hasta 450 millones de euros. El cierre de la operación está previsto para finales de marzo, sujeto a la aprobación del Gobierno español y del regulador de competencia.

Dos años para una firma

Y claro, cuando se espera dos años para que la Comisión Europea de su visto bueno al cierre de una operación empresarial, cabe entender que se enciendan fuegos artificiales (un par de días antes y podríamos pensar que el alcalde Almeida conocía la noticia y estaba preparado) o que esperemos una fiesta derrochona por todo lo alto. Por fin ha nacido la obra de la manida consolidación y con ella el cuento de nunca acabar: los remedios se adjudican a otra empresa extranjera, que lleva apenas unos años abriendo zanjas en España y que se convierte, una vez más, en un pujante nuevo operador con red fija, y ahora móvil, que hará lo imposible para escalar, ganar terreno a los tres anteriores, y obtener ganancias cuantiosas. Precios al suelo, pérdida de valor, dificultades económicas para el despliegue, churn en los tradicionales, necesidad de consolidación y… otra vez al principio. ¡De verdad que me cuesta mucho comprender a Vestager!

Pero esta vez la fusión llega en un momento muy particular y con muchas peculiaridades. Para empezar, es la primera vez que en la historia de las telecomunicaciones españolas otra compañía roba el liderazgo a Telefónica; en este caso, por número de clientes (la fusión combina las bases de clientes de MásMóvil, Yoigo, Orange y Jazztel, creando un operador con más de 27 millones de clientes). Además, y aunque ha asegurado públicamente que apoya la operación, el Gobierno, que debe dar el último visto bueno, es parte interesada como accionista, y tiene la obligación de defender los intereses de los españoles; ya que a raíz de la entrada del grupo saudí STC en el accionariado de nuestro centenario operador, adquirió una participación de un 10% a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI).

El carajal de Vodafone

Por otra parte, el que fuera históricamente el segundo operador, Vodafone, al que no hace mucho tiempo sobrepasó Orange, está en pleno proceso de cambio tras la venta por parte del grupo británico de la sede española a Zegona; un fondo también británico, que ya invirtió en su momento en otros operadores españoles y que buscará la amortización de todos sus haberes mediante la venta de unidades de negocios o de la propia red. Este proceso es el final de una historia que empezó con el cortejo de MásMóvil a Vodafone, con pedida de mano y todo, pero que acabó en plantón en el altar y que nunca hemos llegado a saber a ciencia cierta si fue una maniobra de distracción para que Vodafone no aprovechara la ventaja clara que tenía en 5G (y que no aprovechó), si querían entretenerlos mientras Orange nombraba nuevo CEO y se podía firmar la fusión que está a punto de culminarse o si, verdaderamente, fue un contraataque de Orange aceptando las condiciones impuestas.

El caso es que los británicos nunca se recuperaron del golpe y su consejero delegado del momento, Colman Deegan, llegó a decir que si los remedios de la operación Orange-MásMóvil iban a Digi, sería un mal trago para los británicos. Pues bien, el momento ha llegado, el oráculo se ha cumplido y habrá que esperar a ver la reacción de los nuevos propietarios de la histórica compañía de telecomunicaciones para saber por dónde van los tiros. Cuando compraron los ‘remedies’ ya estaban sobre la mesa y el riesgo era claro.

Digi, por su parte, también podría plantearse vender su red de fibra a través de fondos extranjeros y que una tercera compañía, de las muchas que hay en España desplegando, fuera el gran beneficiado; de forma que nos encontráramos con un crecimiento súbito de alguna de ellas. ¿Tal vez Onivia?

Aquí no acaba la historia

En este traqueteo sucesivo de operaciones que hará mucho más ruido que la mascletá, habrá que ver si se consolida la idea de que nazca una (o tal vez dos) empresa de red, ‘netco’, que permita a las telco optimizar sus negocios y volver a la senda del crecimiento y el beneficio; si el Gobierno define la supuesta peligrosidad del uso de elementos de compañías chinas en la red y obliga a cambiarlos (habrá que ver quien paga la fiesta y si se lo puede permitir); si el entorno político y económico nacional e internacional, con elecciones europeas a las puertas, se estabiliza o si los miles de empleados que de una, otra y otra compañías que se van a la calle en los próximos meses se levantan en armas y recuerdan, a quien corresponda, que por encima de los intereses económicos especulativos de los fondos está el bienestar de los seres humanos.

Dicen que nunca tiempos pasados fueron mejores, pero a veces, uno tiene dudas.

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