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Atención a la seguridad en los ciberjuguetes

Atención a la seguridad en los ciberjuguetes

domingo 12 de febrero de 2017, 10:00h

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Muñecos interactivos, videoconsolas, teléfonos inteligentes, tablets e incluso drones, coparán los regalos para los más pequeños de la casa durante el año. Unas listas que, año tras año, evolucionan y cada vez más cuentan con juguetes interactivos o dispositivos que requieren de una conexión a Internet.

Sin embargo, la felicidad de los más pequeños puede convertirse a su vez en una oportunidad única para los cibercriminales, debido a que aún el Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) no cuenta con la adecuada atención a la seguridad que realmente necesita, comenzándose ahora a conocer sus riesgos.

Hay que controlar la edad recomendada. Los juegos tienen una categorización PEGI (Pan European Game Information) que indica qué edad es la recomendada


“La progresiva adopción de juguetes y dispositivos tecnológicos que componen el Internet de las Cosas y los casos de filtración de datos de las empresas fabricantes están ayudando a comprender la relevancia que tiene prestar especial atención a la ciberseguridad. Es fácil confiarse, pero hay que recordar que los ciberdelincuentes no descansan, por lo que los padres o tutores deben saber que todo aparato conectado a Internet siempre es susceptible de ser hackeado. Aplicar medidas de seguridad preventivas es una lección importante que no debe dejar de aprenderse para poder disfrutar con tranquilidad de la tecnología”, señala Alberto Ruiz Rodas, Sales Engineer de Sophos para España y Portugal.

Así, se recomienda

• Conocer cómo interactúa el juguete con Internet y el tipo de respuestas que ofrece a los niños, antes de entregárselo.
• Cambiar las contraseñas predeterminadas. Simplemente cambiando la contraseña del dispositivo hacia una contraseña compleja (que tenga al menos ocho caracteres y que incluya números, símbolos y letras mayúsculas y minúsculas) se adoptará una postura de seguridad considerablemente mejor.
• Controlar el usuario de los niños. Es muy importante que los progenitores estén al tanto de quiénes son sus “amigos virtuales”.
• Revisar los chats. Si la aplicación proporciona un espacio de chat con otros, debe supervisarse qué se habla en dichos entornos.
• Móvil en vez de consola. Muchas veces, un móvil puede parecer más barato en cuanto a los juegos (frecuentemente gratis), pero éstos suelen ser “freemium”, es decir, su uso de forma básica es gratuita, pero para usar opciones avanzadas hay que pagar. En las consolas esto no suele suceder.
• Controlar la edad recomendada. Los juegos tienen una categorización PEGI (Pan European Game Information) que indica qué edad es la recomendada
• Tener asegurados los medios de pago. Si la plataforma dispone de medios de pago para adquirir nuevas aplicaciones, objetos en el juego, etc… hay que establecer una password que no sea conocida por los niños para asegurarse de que sólo comprarán bajo autorización.
• Mantener actualizado el software. Habitualmente, las actualizaciones incluyen parches de seguridad.
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