Siguiendo esta línea, según el informe, las pymes son las más escépticas, con menos de un tercio confiando en la IA y teniendo la intención de utilizarla en sus finanzas. Sin embargo, en empresas con más de 250 empleados, este porcentaje supera ligeramente el 60%. P
A pesar de esto, el informe también destaca que la IA se encuentra entre las tres principales tecnologías que las empresas españolas adoptarán como parte de su transformación digital. Las herramientas digitales, como las soluciones de gestión de gastos, ocupan el primer lugar con un 72%, seguido de la computación en la nube con un 50%, y la inteligencia artificial con un 43%.
Por su parte, Álvaro Dexeus, director de Pleo para el sur de Europa, ha señalado que la adopción de la inteligencia artificial es un paso fundamental en la evolución digital de los equipos financieros. El escepticismo hacia la IA revelado en la investigación debe abordarse y desafiarse de frente. Las empresas que se queden rezagadas corren el riesgo de obstaculizar el crecimiento y la estabilidad del negocio, y poner en peligro su desarrollo a largo plazo en un panorama cada vez más impulsado por la IA.
El informe también revela que las empresas españolas dedican muy poco presupuesto a la digitalización, gastando solo entre el 10% y el 19% de su presupuesto anual en la implantación de nuevas tecnologías. A pesar de esto, el 75% de las empresas afirman que la digitalización es clave para su crecimiento futuro.
En cuanto a la formación, el porcentaje de empresas españolas que invierte en formar a sus empleados en transformación digital es muy bajo, entre el 1% y el 9%. Esto sin duda ralentiza el ritmo de digitalización de las empresas.
Aun así, el 81% de los altos cargos afirman que están llevando a cabo algún tipo de proceso de transformación digital, y el 40% reconoce que esto ha tenido un impacto positivo en la empresa.
Aún no se reconocen todos los beneficios que aportan tecnologías como la IA
Es evidente que la transformación digital está en marcha para muchas empresas en España, pero aún no se reconocen todos los beneficios que aportan tecnologías como la IA. Las empresas necesitan más formación y ayuda para comprender cómo pueden aprovechar al máximo esta tecnología emergente, por ejemplo, mediante el análisis predictivo, la mejora de la eficiencia, la reducción de costes, la toma de decisiones mejorada y la detección del fraude.
Además, es importante resaltar que con la IA y las tecnologías digitales evolucionando cada día, las empresas con actitudes y estrategias conservadoras perderán la oportunidad de contar con talento humano familiarizado con la IA y una mejor interpretación de sus datos.
Es importante asegurarse que la IA no sea percibida como una tendencia pasajera o una moda empresarial. Esto requiere un cambio estratégico por parte de los líderes empresariales, reconociendo su aplicación en las finanzas e integrándola gradualmente en las operaciones como un componente clave en lugar de un añadido superficial. Al asumir este cambio, las organizaciones pueden establecer una cultura de innovación y confianza en las estrategias basadas en productos, mejorando la eficiencia y preparándose para el futuro, asegurando la resistencia y competitividad en el panorama empresarial actual en constante evolución.
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