César Alierta, maño por sentimiento y nacimiento, ha fallecido a los 78 años, ocho después de dejar la presidencia de Telefónica que ostentó durante 16 años en los que, sin lugar a dudas, tuvo lugar la mayor expansión de la centenaria compañía.
Una infección respiratoria se ha llevado a un hombre de personalidad sorprendente, que no dejaba indiferente a nadie, ni por su brillantez, ni por su fuerte carácter, ni por su infinita capacidad de trabajo. Su equipo lo definía como un líder nato, con una visión clara de lo que quería conseguir; un perfeccionista que siempre buscaba la excelencia y no reparaba en medios para conseguirla (gustara o no gustara).
Entre sus haberes, además de vivir los años dorados de las telecomunicaciones y elevar a Telefónica al Olimpo tecnológico mundial con presencia en más de 20 países, hay detalles que por grandes, por pequeños, por relevantes, por insignificantes, por descriptivos o por efimeros que no se deben obviar: como filántropo que era, volcó parte de su vida en la Fundación Telefónica y en Pro-futuro; obra bien conocida. Pero una mañana nos enteramos de la relación tan generosa que mantenía con su limpia botas y no dudamos en dejar plasmado en los medios un hecho al que él le dio una explicación tan humana que nos permite asegurar que hoy un hombre humilde, o tal vez muchos, en algún lugar, lloran su muerte.
Denunció el abuso de las multinacionales de Internet
También fue Alierta quien alzó la primera voz (su peculiar voz) contra las multinacionales de Internet y el uso abusivo que hacía de la red sin contribuir al gasto. Y siempre creímos que predicaba en el desierto con esa peculiar forma de expresarse en inglés o en español, que tantas sonrisas arrancaba. Pero, mira por dónde, de esa voz los operadores han hecho bandera y hoy Europa reclama lo que hace muchos años que se debía haber solucionado.
Y el amor… es verdad que el ex presidente de Telefónica, licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza, desde 1970 abogado de la compañía, desde el 84 consejero delegado y a partir de 1996 presidente, ha muerto hoy. Pero todo el que estaba cerca fue testigo de que algo en él se apagó cuando en 2015 murió su mujer y compañera de vida, Ana Cristina Placer. Años después se habló de un noviazgo con Isabel Sartorius que decían le había devuelto la ilusión por la vida, pero quedó en nada porque es difícil ‘okupar’ un corazón dolido.
Supo formar un equipo de grandes profesionales, -muchos de los mejores-, que lo recuerdan con respeto y reconocimiento
Firme defensor de la liberalización del sector de las telecomunicaciones en España y Europa también supo formar un equipo de grandes profesionales, -muchos de los mejores-, que lo recuerdan con respeto y reconocimiento. Todos veían y ven en ‘Cesar’ a un empresario visionario, patriota, fuerte, que ha dejado un legado importante en el sector de las telecomunicaciones y en la economía española.
Y como periodistas que podemos decir. Tuvo un fiel equipo de comunicación, con Marisa Navas y Mauricio Fernandez al frente, que trabajó sin descanso y supo hacer de cada amanecer en Distrito C (hoy T) una noticia. Puso al frente de Telos, la publicación de referencia de Telefónica, a Juan Zafra quien, número a número ha hecho la revista más y más grande y mantuvo un equipo editorial en papel y en digital que en sus muchas publicaciones informativas, divulgativas y educativas han seguido fielmente su aspiración de buscar la perfección.
Dicen que en España despedimos bien a los muertos. Alierta tuvo sus momentos oscuros y, seguramente, quienes salieron en los primeros EREs de la compañía no guardan un buen recuerdo; pero justo es lamentar la pérdida de un hombre, un abogado, un directivo, un innovador y un luchador que a nadie dejó indiferente.