A partir del 30 de junio, Wimbledon eliminará por completo la figura tradicional de los jueces de línea humanos en favor de un sistema de detección automatizada basado en inteligencia artificial.
Esta tecnología, desarrollada por Hawk-Eye Innovations, subsidiaria del grupo japonés Sony, será la única encargada de dictaminar si la pelota ha caído dentro o fuera de los límites de la pista. El cambio marca un hito en el uso de la IA en eventos deportivos de primer nivel.
La transición responde a varios factores clave: por un lado, la presión creciente por acortar la duración de los partidos y mantener el interés de los espectadores; por otro, la escasez de personal arbitral tras la pandemia, que derivó en múltiples renuncias.
“Los árbitros humanos reciben cada vez más ataques y amenazas en redes sociales, agravados por el auge de las apuestas deportivas. Las peticiones de automatización no hacen más que crecer”, destaca Fumiatsu Hirai, responsable de la división de Entretenimiento Deportivo de Sony.
Sony apuesta por la tecnología deportiva
La adopción integral de Hawk-Eye en Wimbledon es el último avance en la estrategia de expansión tecnológica de Sony en el ámbito deportivo. Desde la compra de Hawk-Eye en 2011, fundada por investigadores en trayectorias de cohetes, la multinacional nipona ha consolidado una posición destacada en la industria. El sistema de Hawk-Eye ya está implantado en otros Grand Slams como el Abierto de Australia y el US Open, así como en deportes como el béisbol y el fútbol americano.
La tecnología consiste en un entramado de cámaras que capturan en tiempo real la trayectoria de la pelota y la posición de los jugadores. A partir de esos datos, la inteligencia artificial determina con precisión el punto de impacto, eliminando el margen de error humano. Este año, el sistema también lo utilizará la NFL para medir de forma virtual los avances de línea ofensiva.