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Simulación de la sede de Atos en llamas por la compleja situación financiera de la empresa
Simulación de la sede de Atos en llamas por la compleja situación financiera de la empresa

Atos, al borde del colapso

Por Alfonso de Castañeda
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alfondcctelycom4com/8/8/17
jueves 11 de abril de 2024, 09:00h

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El tiempo se acaba y en las oficinas a los pies de la orilla del Sena de Atos son más que conscientes de ello. La compañía no podrá seguir a flote si no consigue 600 millones de euros en efectivo antes de verano.

La consultora tecnológica lleva dos duros años de problemas financieros. La pérdida de algunos contratos institucionales de gran calado en algunos mercados, los problemas económicos, la subida de costes y la inflación y el escaso colchón de la compañía han puesto a Atos contra las cuerdas.

Historia del derrumbe

Fundada en 1997 como fruto de la fusión de varios proveedores, Atos ha sufrido diferentes transformaciones desde entonces. Por sus sillones de dirección han pasado importantes nombres como Thierry Breton, el actual comisario del Mercado Interior de la Comisión Europea.

En 2011, Atos compró la división de IT Solutions & Services de Siemens por unos 850 millones. En 2014 sacan la billetera y se hacen con el gigante de los supercomputadores francés Bull por unos 640 millones de euros, así como con Xerox ITO por unos 870 millones y Syntel por 3.400 millones.

La compañía ha alcanzado cuotas máximas de facturación de 12.100 millones de euros en 2022 y suma más de 105.000 empleados en todo el mundo, lo que lo sitúa como una de las mayores consultoras tecnológicas del planeta.

En 2021 arrancan buena parte de los problemas de la compañía con la fallida operación para comprar su competidor estadounidense DXC Technology por 10.000 millones de euros.

En 2021 arrancan buena parte de los problemas de la compañía con la fallida operación para comprar su competidor estadounidense DXC Technology por 10.000 millones de euros. Ese mismo año pierde 1.000 millones de euros en valoración después de varios errores contables detectados en dos divisiones de Estados Unidos.

A ello se suma que la firma francesa, en apenas dos años, ha tenido cuatro consejeros delegados diferentes y ha arrancado un gran proceso de reestructuración global que se inició con la escisión y creación de Eviden como entidad independiente, que aglutina los negocios de actividades digitales, big data y seguridad.

Pero su mayor problema ha sido la falta de rapidez registrada para adaptarse al fenómeno del cloud computing, donde ha perdido terreno frente a AWS y Microsoft, lo que ha provocado importantes pérdidas en sus cuentas de resultados, reduciendo su cuota de mercado y generando una deuda de 2.400 millones de euros.

Esta complicada situación ha llevado a los directivos de Atos a colgar, sin éxito, el cartel de ‘Se vende’ en varias de sus unidades. Entre ellas se encuentra su negocio legacy de IT (Tech Foundations), valorado en 2.000 millones de euros, cuyas negociaciones en exclusiva con EP Equity Investment fracasaron hace dos meses.

A la venta está también la unidad de ciberseguridad (Strategic BDS), valorada en 1.800 millones, cuyas negociaciones con Airbus han fracasado hace apenas unas semanas.

En busca y captura de 600 millones para seguir a flote

Toda esta situación se da de bruces con la deuda, un gran lastre que arrastra la consultora que asciende a 4.650 millones de euros, según los últimos resultados económicos presentados.

En este sentido, el grupo calcula que necesitarán 600 millones de euros en efectivo para poder financiar el negocio durante el periodo 2024-2025, según los parámetros del marco de refinanciación que ha presentado Atos, en el que indica que los fondos se proporcionarán en forma de deuda y/o capital, en función de las partes o inversores interesados.

Junto a estos 600 millones iniciales, Atos buscará también otros 600 millones a través de facilidades de crédito, incluyendo 300 millones en una nueva línea de crédito revolving y otros 300 millones en líneas adicionales de avales bancarios.

Atos busca con este plan de refinanciación captar unos 1.200 millones de euros a través de capital y nuevos préstamos, con el 26 de abril como fecha límite

Así, la compañía que lidera Paul Saleh busca con este plan de refinanciación captar unos 1.200 millones de euros a través de capital y nuevos préstamos, con el 26 de abril como fecha límite. Sin embargo, esto provocará una dilución significativa para los accionistas actuales.

Para gestionar su deuda, la consultora francesa ha mostrado su intención de buscar una reducción de 2.400 millones de euros de deuda bruta, con un perfil crediticio BB para 2026, así como la ampliación del vencimiento de la deuda financiera residual a 5 años.

La única parte positiva es que Atos ha llegado a un principio de acuerdo con un grupo de bancos y un grupo de bonistas sobre una financiación provisional por importe de 400 millones de euros. Además, el Estado francés ha acordado conceder un préstamo de 50 millones de euros a Atos, siempre que los bancos financieros concedan una exención.

Los fracasos de una gestión sin visión

Durante sus grandes años de expansión, la consultora francesa ha mostrado una ambición desmedida por expandirse a través de adquisiciones millonarias, que aunque eran inicialmente prometedoras, no han logrado consolidar una estrategia coherente y sostenible a largo plazo.

Los fracasos en las negociaciones con DXC Technology, las millonarias pérdidas fruto de los errores contables en Estados Unidos y las fallidas operaciones para vender dos de sus unidades son solo una muestra más de la deficiente gestión y la falta de adaptación a las actuales tendencias tecnológicas de esta compañía.

Todos estos problemas se suman a la constante rotación en la cúpula directiva, una muestra más de la severa inestabilidad y la falta de una dirección clara

Todos estos problemas se suman a la constante rotación en la cúpula directiva, una muestra más de la severa inestabilidad y la falta de una dirección clara. Esto sitúa a Atos en un punto claro de inflexión, necesario de un cambio radical en la gestión y en la estrategia que Paul Saleh trata de imponer. De fallar, la compañía arrastrará consigo no solo su recuperación financiera, sino miles de puestos de trabajo por toda Europa, España incluida, y a centenares de stakeholders y clientes críticos, como los propios Juegos Olímpicos de París 2024.

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