Durante los últimos años, la llegada de las nuevas tecnologías y la expansión de Internet ha cambiado la sociedad, y uno de sus principales cambios es que la gran mayoría de personas menores de edad están conectadas a la red de algún modo.
Con la conectividad, llegan a los jóvenes los peligros que Internet puede suponer. No solo están los niños y adolescentes expuestos a la inmensidad de la red y a todo su contenido, que puede llegar a ser tremendamente negativo para ellos, sino que además la posibilidad de comunicarse y propagar imágenes puede suponer problemas como el cyber bullying o la distribución de pornografía infantil.
Es por ello que DigitalES se ha sumado a asociaciones como Adigital e IAB en la creación de la Carta de Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes, la cual ha sido impulsada por ANAR, y que pretende preservar los derechos de los más pequeños en este nuevo entorno digital, al cual las leyes, habitualmente no consiguen extenderse de la forma más efectiva.
¿Por qué es tan importante la protección de los menores en Internet?
“La educación digital, en un momento en el que los jóvenes hacen un uso intensivo de la tecnología en muchos casos sin ser conscientes de los riesgos, es un elemento primordial para una sociedad inclusiva y digitalmente preparada. Nuestro compromiso con la formación y educación en habilidades tecnológicas se ve intensificado uniéndonos a esta iniciativa de la Fundación ANAR que lleva 48 años defendiendo los derechos de los menores en diferentes ámbitos”, declaró Alicia Richart, directora general de DigitalES.
La Carta de los Derechos Digitales de los Niños, Niñas y Adolescentes tiene como finalidad en su preámbulo y sus diez apartados derecho a la privacidad, al borrado de la huella digital, a la seguridad de los dispositivos o a la protección frente a la violencia.
Llamadas de ayuda
La Fundación ANAR registró los datos que recibió por parte de los menores que llamaron a sus teléfonos en relación a diferentes tipos de violencia.
En 2018 se recibieron un total de 2.038 llamadas de adolescentes que habían cometido un intento de suicidio o que lo habían considerado. Esta cifra supone un aumento del 24,3% con respecto al año anterior. Por su parte, las llamadas con respecto a las autolesiones fueron 1.170, un 24% más que en 2017.
En cuanto al sexting, se recibieron 76 llamadas relacionadas directamente con este problema, un aumento de más del 50 por ciento. También aumentaron las peticiones de ayuda con casos de grooming (engaños de pederastas a través de la red, haciendo creer a sus víctimas que el adulto se trata de un amigo, normalmente bajo una identidad falsa), cuyos totales fueron de 161 llamadas.
El dato más amplio fueron las llamadas reportando casos de violencia de género. De las 2770 llamadas, la mayoría dentro del ámbito familiar, más de 440 reportaron casos de violencia desde la pareja de un menor.