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Cuatro razones por las que Harmony OS de Huawei no resolverá sus problemas

Cuatro razones por las que Harmony OS de Huawei no resolverá sus problemas

viernes 11 de octubre de 2019, 11:12h

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A estas alturas de la película, ya se han escrito ríos de tinta del affair Huawei con el Gobierno de los Estaos Unidos. No voy yo, todavía, a verter mis palabras a la sartén que algunos han convertido en olla a presión cuando en las próximas semanas el fabricante chino se la juega en Europa con sus nuevos dispositivos Mate 30 Series que están desprovistos del paraguas oficial de Google. Sí, se la juega, porque dependiendo de lo que ocurra comercialmente con estos equipos dependerá su futuro en el Viejo Continente. Juega con la ventaja Huawei de que cuenta con una larga ristra de fans y seguidores que están dispuestos a seguirles hasta el final, pero hay muchos que dudan de si podrán seguir utilizando sus apps como hasta ahora, y es a esos a los que hay que convencer.

Y es a esta altura cuando traigo a estas líneas la opinión en este conflicto del doctor Kamal Munir, de Cambridge Judge Business Scholl, quien afirma con rotundidad que Harmony OS, el sistema operativo que Huawei anunció hace unas semanas para el universo Internet de las Cosas, y que también podría extenderse en algún momento a sus smartphone, “no resolverá sus problemas”. Y expone cuatro razones para argumentar su teoría:

Escasez de aplicaciones

La mayoría de los usuarios no tienen idea de lo que hace un sistema operativo. Usan sus teléfonos para las aplicaciones. Los desarrolladores de aplicaciones apuntan a sistemas operativos con grandes bases de usuarios, ya que significa que recuperarán sus costes de desarrollo mucho más rápido. Nadie está interesado en sistemas operativos con pequeñas cuotas de mercado.

Aunque Huawei puede cambiar teóricamente a todos sus usuarios a su nuevo sistema operativo, las aplicaciones asociadas tendrían que modificarse, ya que Harmony OS no es compatible con Android

Aunque Huawei puede cambiar teóricamente a todos sus usuarios a su nuevo sistema operativo, las aplicaciones asociadas tendrían que modificarse, ya que Harmony OS no es compatible con Android. Con más de dos millones de aplicaciones en la Play Store de Google, se necesitaría mucha paciencia y mucho dinero para convencer a los desarrolladores de aplicaciones de que transfieran sus aplicaciones de Android a Harmony y las mantengan actualizadas.

Incluso con los incentivos financieros correctos para los desarrolladores, simplemente transferir aplicaciones no es una receta segura para que los clientes adopten un nuevo sistema operativo. Un buen ejemplo es RIM, la compañía que estaba detrás de Blackberry. Cuando RIM lanzó su Blackberry 10 en 2013, realizó un gran evento que atrajo 15.000 aplicaciones a su plataforma en menos de dos días. Además, les dio una recompensa financiera de 100 dólares por aplicación. Pero 15.000 aplicaciones era una gota en el océano del entonces millón de aplicaciones de Android, y simplemente no fue suficiente para cerrar la brecha y salvar el difícil negocio de teléfonos inteligentes de RIM.

Si bien Huawei podría lograr con facilidad la transferencia entre Android y Harmony, se necesitaría un enorme esfuerzo inversor para atraer a miles de desarrolladores en general, y además que luego permanecieran allí.

Cambio complicado

Cambiar de sistema operativo es mucho más difícil ahora que en el pasado. Un sistema operativo móvil hoy genera y almacena la mayoría de sus contraseñas personales en línea, lleva una versión virtual de la tarjeta de crédito del usuario para facilitar el gasto, realiza una copia de seguridad de todos sus videos e imágenes en sus respectivos discos en la nube, etcétera.

Cambiar toda esa información a través de los sistemas operativos móviles hasta ahora ha sido un proceso interrumpido. Incluso las aplicaciones de transferencia dedicadas de Apple y Samsung no han podido hacerlo sin problemas por varias razones estratégicas, de seguridad y técnicas. Con un tercer sistema operativo en juego, no mejorará.

La prohibición comercial va más allá de Android

La prohibición comercial a Huawei está en plena vigencia en todas las empresas estadounidenses y no solo en Google. Esto significa que las aplicaciones de Facebook, Amazon, Uber, eBay y Paypal, entre otras, no se pueden transferir al nuevo sistema operativo sin una licencia especial.

Con el aumento de las tensiones comerciales entre los EE. UU. y China, las posibilidades de que estas compañías obtengan dicha licencia, más pronto que tarde, parecen ser bajas. Los propietarios de teléfonos inteligentes Huawei en Occidente tendrán que lidiar con dispositivos caros que no pueden ejecutar sus aplicaciones favoritas, reduciendo drásticamente su valor.

Impacto en negocios no móviles

Dada la naturaleza dramática y muy pública de la prohibición estadounidense de Huawei, su impacto financiero probablemente afectará el negocio de equipos de telecomunicaciones de Huawei en cualquier otro lugar. Para los consumidores y los gobiernos cada vez más preocupados por la privacidad y la protección de datos, trabajar con un proveedor de tecnología en medio de la controversia no es reconfortante. Para Huawei, el lanzamiento de un nuevo sistema operativo móvil no ayudará a resolver ese problema y continuará presionando las exportaciones del gigante tecnológico fuera de China.

El gobierno chino puede hacer más que cualquier otro país para ayudar a Huawei a salir de este problema, pero no lo suficiente.

El gobierno chino puede hacer más que cualquier otro país para ayudar a Huawei a salir de este problema, pero no lo suficiente. Dado el propio ecosistema de aplicaciones altamente populares de China, los usuarios no se verán tan afectados. Pero fuera de China es una historia diferente.

Incluso si el gobierno chino tomara represalias al prohibir a Apple y entregar su cuota de mercado a Huawei, eso no resolvería el enigma global de la empresa. Huawei estaba a la vanguardia de la marcha de China hacia el dominio tecnológico, pero la prohibición comercial de Donald Trump lo ha detenido en seco. Confiar en Huawei significaría dejar que la dependencia mundial de la tecnología estadounidense se deslice, algo que Estados Unidos simplemente no va a permitir.

Aún así, y aquí ya soy yo quien lo dice, y no Kamal Munir, si Huawei es capaz de acertar y aguantar el tipo, y el tirón, puede abrir un camino para el resto de fabricantes de dispositivos que quieran liberarse del yugo del sistema operativo de Google y hacer realidad el sueño que en su día quiso hacer realidad Mozilla con su Firefox OS para móviles. We´ll see.

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