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Donald Trump, presidente de Estados Unidos
Donald Trump, presidente de Estados Unidos

Estados Unidos eleva la presión sobre la regulación tecnológica europea y amenaza con represalias comerciales

Por Alfonso de Castañeda
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alfondcctelycom4com/8/8/17
miércoles 17 de diciembre de 2025, 10:00h

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La tensión entre Estados Unidos y la Unión Europea en torno a la regulación tecnológica ha escalado un nuevo peldaño. Washington ha acusado abiertamente a Bruselas de discriminar a las empresas tecnológicas estadounidenses y ha advertido de posibles represalias contra compañías europeas si no se revisa el actual marco normativo digital.

El aviso, lanzado esta semana por la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR), introduce un nuevo factor de incertidumbre en las relaciones transatlánticas y reabre el debate sobre el impacto de la regulación europea en el ecosistema tecnológico global.

El comunicado estadounidense sostiene que la Unión Europea y algunos de sus Estados miembros mantienen una “estrategia continuada de demandas, impuestos, multas y directivas discriminatorias” contra empresas de origen estadounidense. Según Washington, estas prácticas se han prolongado durante años sin un diálogo efectivo, mientras que las compañías europeas operan con libertad en el mercado estadounidense. En este contexto, el Gobierno norteamericano advierte que podría activar “todas las herramientas a su disposición” para contrarrestar estas medidas, incluyendo tasas adicionales y restricciones a proveedores de servicios europeos.

El sector tecnológico, en el centro del conflicto

El desencuentro se produce en un momento especialmente sensible para el sector tecnológico. La Unión Europea ha consolidado en los últimos años un marco regulatorio ambicioso, con normas como el Reglamento de Mercados Digitales (DMA) y el Reglamento de Servicios Digitales (DSA), que buscan limitar prácticas anticompetitivas, reforzar la transparencia y proteger a los usuarios. Sin embargo, desde la perspectiva estadounidense, estas reglas afectan de forma desproporcionada a grandes plataformas tecnológicas con sede en Estados Unidos, como Google, Amazon, Meta, Microsoft o X.

Las críticas se han intensificado tras varias investigaciones recientes abiertas por Bruselas y las sanciones impuestas a algunas de estas compañías. Uno de los casos más visibles ha sido la multa de aproximadamente 140 millones de dólares a X por incumplir normas de transparencia digital, a la que podrían sumarse nuevas penalizaciones. Para la administración estadounidense, estas actuaciones reflejan una aplicación agresiva de la regulación que amenaza la competitividad de sus empresas tecnológicas en el mercado europeo.

Posibles represalias y empresas señaladas

El tono del mensaje de Washington va más allá de la crítica diplomática. Por primera vez, se mencionan de forma explícita posibles objetivos europeos de futuras represalias. Entre las empresas citadas figuran grandes grupos de servicios y tecnología como Accenture, SAP, Siemens, Spotify, DHL o la firma francesa de inteligencia artificial Mistral. El aviso sugiere que Estados Unidos podría aplicar medidas similares a las que denuncia, replicando tasas, restricciones regulatorias o limitaciones de acceso al mercado.

Este enfoque marca un endurecimiento notable respecto a etapas anteriores, en las que el desacuerdo se canalizaba principalmente a través de negociaciones técnicas. El respaldo explícito del sector tecnológico estadounidense refuerza la presión interna sobre la Casa Blanca para adoptar una postura más firme frente a lo que considera barreras digitales injustificadas.

La respuesta europea y los límites del ajuste regulatorio

Desde Bruselas, las autoridades comunitarias han mostrado en los últimos meses cierta disposición a revisar aspectos de su política tecnológica, especialmente para estimular la innovación y el desarrollo de la inteligencia artificial, muestra de ello es el paquete ómnibus digital. No obstante, la Comisión Europea ha dejado claro que no contempla renunciar a los pilares fundamentales de su estrategia digital, que considera una cuestión de soberanía regulatoria y protección del mercado interior.

Este equilibrio resulta complejo. Por un lado, la Unión Europea busca atraer inversión, acelerar la adopción de tecnologías avanzadas y no quedar rezagada frente a Estados Unidos y China en ámbitos como la IA o la computación en la nube. Por otro, mantiene una visión regulatoria que prioriza la competencia, la protección de datos y la responsabilidad de las plataformas digitales, incluso a costa de fricciones con sus socios comerciales.

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