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Por Antonio Rodríguez
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infozonamovilidades/4/4/18
lunes 19 de mayo de 2025, 20:06h

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El mundo entero se ha beneficiado de los avances tecnológicos y de la digitalización promovida por la innovación. Sin embargo, esta misma innovación ha traído consigo también sofisticadas amenazas en materia de ciberseguridad, con campañas de espionaje y ataques de ransomware a la orden del día.

Aunque todas las industrias son vulnerables a los ciberataques, las hay que presentan un perfil de riesgo más alto, debido sobre todo a la confidencialidad de los datos que almacenan o a la naturaleza de su trabajo. En este artículo te presentamos seis sectores que son especialmente vulnerables a las amenazas de ciberseguridad en 2025.

Industria manufacturera

La revolución digital ha permitido mejorar los procesos de la industria manufacturera. En la actualidad, las práctica totalidad de las plantas de producción incluyen sistemas y procesos automatizados y se sirven del análisis de datos para optimizar el funcionamiento de su cadena de suministro global. Este sector se ha mostrado especialmente abierto a la adopción del internet de las cosas para modernizar sus procesos.

Sin embargo, el uso de funciones más digitalizadas ha supuesto la proliferación de ataques contra sus equipos informáticos, sus sistemas de control industrial y su cadena de suministro. Las amenazas de ciberseguridad en la industria manufacturera pueden paralizar la producción, provocar importantes pérdidas económicas e incluso sabotear la calidad de los productos.

Servicios financieros

La principal motivación de los ciberataques contra proveedores de servicios financieros es la gran cantidad de dinero que se puede robar. Las empresas fintech, los bancos y el resto de las entidades del sector gestionan datos personales confidenciales y grandes sumas de dinero, por lo que son un objetivo muy goloso para los hackers que buscan comprometer los sistemas financieros mediante técnicas de phishing y ransomware. Estos ataques pueden derivar en transacciones fraudulentas, filtraciones de datos, interrupción de los servicios, pérdidas económicas y un importante daño reputacional.

Comercio electrónico

La migración a las plataformas de comercio electrónico no ha dejado de crecer. Para los consumidores, no hay nada como la comodidad de poder comprar desde casa, mientras que, en el caso de los negocios, los avances tecnológicos les han permitido llegar a un público global. Sin embargo, esta situación favorable para todas las partes presenta un importante riesgo de ciberataques.

Las plataformas de comercio electrónico almacenan grandes volúmenes de datos de los consumidores y gestionan numerosas transacciones financieras. Estos factores las convierten en un objetivo ideal para los hackers, que buscan aprovechar la más mínima vulnerabilidad para cometer fraudes, en especial con las tarjetas de crédito. Estas amenazas suponen un riesgo para todo tipo de plataformas de comercio electrónico, como los famosos marketplaces, los sitios web de las principales marcas o los casinos online.

Sanidad

Los proveedores de servicios relacionados con la salud custodian información altamente confidencial, desde los datos de los pacientes hasta información relacionada con seguros, etc. Un ciberataque en el sistema sanitario de un país podría tener consecuencias imprevisibles.

Las amenazas en materia de ciberseguridad han aumentado enormemente desde que se emplean registros digitalizados. La aplicación de dispositivos médicos conectados a internet ha resultado muy útil a la hora de mejorar la eficiencia de los servicios, pero ha abierto la puerta a los ciberataques.

Estas amenazas pueden suponer la filtración de datos de pacientes, ataques de ransomware o el mal funcionamiento de los dispositivos médicos. Y todo ello podría derivar en una amenaza para la seguridad de los pacientes y para los sistemas de los hospitales.

Telecomunicaciones

Las compañías de telecomunicaciones son las responsables principales de las infraestructuras de comunicación. Nos referimos a las empresas de computación en la nube, servicios de internet y redes móviles. Sus enormes infraestructuras las convierten en una víctima propicia para los ciberataques.

Los hackers apuntan a las compañías de telecomunicaciones para usar su infraestructura para cometer delitos, alterar los servicios de comunicación y robar datos personales de clientes.

Gobierno y sector público

La principal motivación para lanzar un ciberataque sobre los sistemas de gobiernos y organismos públicos es la desestabilización política y económica. Las autoridades locales y las agencias estatales almacenan todo tipo de datos de los ciudadanos, así como información confidencial sobre las infraestructuras gubernamentales.

Las amenazas de ciberseguridad en este sector incluyen desde filtraciones de datos y espionaje hasta ataques de denegación de servicio. Los hackers pueden provocar la caída de servicios críticos, desviar fondos públicos a cuentas privadas o acceder a datos confidenciales para suplantar la identidad de representantes del estado. Los ataques a sistemas que contienen información de la gente suponen una importante amenaza para la seguridad nacional.

Las industrias más vulnerables a las amenazas en materia de ciberseguridad en 2025 están haciendo todo lo posible por reforzar sus defensas y proteger la información confidencial que poseen. Entre las medidas aplicadas, encontramos las siguientes:

  • Implantación de modelos de seguridad de confianza cero para verificar de forma continua a todos los usuarios en todos los dispositivos.
  • Aplicación del uso de la autenticación multifactorial para acceder a datos confidenciales.
  • Realización de auditorías de seguridad regulares para identificar posibles vulnerabilidades de los sistemas.
  • Formación del personal en materia de ciberseguridad, protocolos de gestión de datos y reconocimiento de ataques de ingeniería social.
  • Actualización regular de los sistemas de software para corregir y prevenir cualquier vulnerabilidad susceptible de ser aprovechada por los hackers.
  • Evaluación de la relación con terceros y refuerzo de la seguridad, ya que un ciberataque en los sistemas de un tercero puede convertirse en un punto de entrada para un hacker.
  • Inversión en sistemas avanzados de detección del fraude, capaces de supervisar las transacciones en tiempo real y alertar en caso de detectar alguna actividad sospechosa.
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