T-Mobile cerrará la adquisición de Sprint en 26.500 millones, después de que el juez federal que mantenía abierta la disputa judicial por motivos de competencia, rechazando así las reclamaciones de un grupo de estados que aseguraban que esta fusión violaba las leyes antimonopolio y aumentarían los precios.
En primavera de 2018 ambas compañías llegaron a un acuerdo para fusionarse, aunque los reguladores federales aprobaron la fusión el verano pasado. Sin embargo, una coalición de fiscales generales estatales demandó para bloquearla en un juicio que terminó el mes pasado y que ahora conocemos el resultado.
Gracias al acuerdo, la compañía conjunta se compromete a una cobertura del 97% del territorio norteamericano en menos de tres años y a abarcar el 99% en un plazo de seis años.
Una vez se complete la compra, T-Mobile será la marca predominante y tendrá a Mike Sievert como CEO de la compañía, sustituyendo a John Legere, que se ha encargado de liderar la integración, aunque sí mantendrá su asiento en la cúpula.