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La transformación digital explicada a través de unas espinilleras
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La transformación digital explicada a través de unas espinilleras

martes 31 de mayo de 2022, 10:00h

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Presentes en numerosas disciplinas deportivas, las espinilleras, desde su invención como elemento de protección en 1874 hasta su evolución actual como espinilleras inteligentes son el mejor ejemplo para entender cómo la transformación digital permite añadir nuevas prestaciones y servicios a un producto sin modificar la esencia por el que fue concebido.

Aunque los orígenes de las espinilleras se pueden remontar hasta el Imperio Romano como elemento de protección para la guerra, no es hasta el siglo XIX cuando su valor defensivo se aplica al deporte. La versión moderna de la espinillera se le atribuye al inglés Sam Weller Widdowson que, aprovechando su experiencia en el cricket, decidió en 1874 recortar dos protectores y sujetarlos a sus piernas con tiras de cuero por la parte externa de los calcetines para poder jugar al fútbol con el Nottingham Forest.

Hoy, podemos encontrar espinilleras en el fútbol, el hockey, el cricket, el béisbol, en diferentes disciplinas de lucha, el lacrosse… en las que han evolucionado su forma (para ir dentro o fuera del calcetín), los materiales (desde las de cuero, metal o goma hasta la fibra de carbono), la producción (con la aplicación de inteligencia artificial para modelado en serie o para permitir la personalización máxima del producto) y su utilidad (desde la absorción de golpes hasta su conversión en dispositivos digitales para recopilar big data).

¿Qué es innovar?

Una vez le escuche decir a José Cerdán, por entonces CEO de acens Technologies y ahora CEO de Telefónica Tech, que para innovar no hace falta crear algo nuevo, sino que basta con observar a nuestro alrededor para mejorar algo que ya existe y aportar un matiz diferenciador. La experiencia y conocimiento de lo que vio y vivió a su alrededor como jugador de béisbol, permitió a Albert Goodwill Spalding iniciar una larga y exitosa carrera en el mundo de los negocios deportivos con la innovación de las pelotas de deporte (su pelota de béisbol fue la pelota oficial de la Major League Baseball durante un siglo). Ander Mirambell, el piloto olímpico de skeleton, y su entrenador han sido unos innovadores a base de ingenio ante la escasez de recursos económicos para una disciplina poco conocida en España. Como cuentan en el libro ‘Rompiendo el hielo’, a falta de un túnel de viento practicaba con una pelota gigante del estilo de las que se usan en pilates, le puso un rallador de queso a sus zapatillas para agarrarse mejor al hielo, sustituyó el tubo de hielo por la arena de una playa o el trineo de skeleton por una puerta de madera con ruedas de patinete.

Los caminos de la innovación son inescrutables. Pero, según la RAE, innovar es “mudar o alterar algo, introduciendo novedades” y apunta una interesante acepción en desuso “volver algo a su anterior estado”. El diccionario Webster matiza que innovar es la “introducción de algo nuevo, una idea, un método o un dispositivo”.

Peter Drucker habla de que la innovación pasa por “generar una nueva potencial satisfacción, más que una mejora” mientras que el físico húngaro, Albert Szent- Györgyi, descubridor de la vitamina C, afirmaba que “innovar es ver lo que toda la gente ha visto y pensar en lo que nadie ha pensado”.

“La innovación es todo aquello que aporte un nuevo enfoque que permita mejorar lo actual, ya sea un proceso, un mecanismo o una forma de organización”

“Consideramos que la innovación es todo aquello que aporte un nuevo enfoque que permita mejorar lo actual, ya sea un proceso, un mecanismo o una forma de organización (por poner algunos ejemplos). Una evolución de algo ya existente o una simplificación (eliminar pasos de un proceso o la unificación de varios en uno) de forma que el resultado sea óptimo es desde luego una de las vías de innovar y en muchas áreas la más común”, apunta Alberto Grande, responsable de Innovación en Paradigma Digital. “La disrupción como único mecanismo de innovación (crear algo totalmente nuevo a lo existente) es muy complicado, no solo por el propio proceso creativo que requiere, sino por las dificultades de su implantación debido a su propia naturaleza novedosa, sin un ‘histórico’ suficiente que permita validar los resultados que prueben la mejora respecto a lo ya establecido”, añade.

“Por lo general, solemos asociar el término innovación con objetivos o cosas tecnológicamente muy avanzadas, pero no tiene por qué ser así”

Habitualmente, la innovación por estar habituados a leerlo en titulares relacionados con las grandes empresas tecnológicas y por su conexión con la transformación digital, es un concepto que asociamos con el ecosistema digital. Pero es una creencia errónea. “Por lo general, solemos asociar el término “innovación” con objetivos o cosas tecnológicamente muy avanzadas, pero no tiene por qué ser así. Algo muy avanzado no tiene por qué ser innovador por sí mismo, o novedoso. La innovación verdadera se mide por el impacto que tiene un cambio en la experiencia final de uso por parte del consumidor. Es decir, si implementamos unos cambios o creamos nuevos productos que mejoren la experiencia final de uso por parte del cliente, entonces sí estaremos hablando de un cambio o un objeto innovador”, explica Oscar Fuente, director y fundador de IEBS Digital School.

Y pone de ejemplo el caso de American Airlines. En 1987 la compañía consiguió ahorrarse nada menos que 40.000 dólares al año solo con quitar una aceituna de las ensaladas que ofrecían en primera clase. También hace unos años reemplazó los carritos de las bebidas por otros nueve kilos más livianos. Reducir alrededor de unos 45 kilos de peso en estos objetos suponía un ahorro anual estimado de unos 2,8 millones de euros, ya que los aviones consumían menos combustible. Estos son dos ejemplos claros de innovación que no están relacionadas con nuevas tecnologías.

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¿Innovar es sólo sumar?

Por su esencia de mejora, o por estar habituados al sucesivo lanzamiento de versiones de aplicaciones 1.0, 2.0, 3.0…, parece que la innovación va asociado a la suma de más prestaciones o nuevas funcionalidades, cuando el ejemplo de la aceituna de American Airlines confirma el tópico de que, a veces, “menos es más”.

“Innovación se produce cuando se es capaz de modificar, crear o reemplazar procesos, sistemas o metodologías que mejoran el proceso productivo de una empresa, de sus servicios o de sus productos. Todo aquello que permita realizar lo anteriormente expuesto se considera innovación, cambiando, reemplazando o creando nuevas formas de producción”, señala José Ramón Travé, director comercial de Unisys España.

Innovar no va ni de restar, ni de añadir, va de cambiar, de transformar y evolucionar, dicen desde la consultora Syntonize. Para ello se pueden “añadir, o eliminar elementos o procesos según las necesidades específicas del asunto a innovar en cuestión. Sin embargo, también se puede dar innovación teniendo el mismo número de elementos. Muchas veces la innovación trata de reordenar, reorganizar, de repensar el orden o la manera de hacer algo, para lo cual no se necesita ni añadir ni restar elementos”.

Los principales objetivos que hay detrás de la innovación son mejorar la experiencia de cliente, liderar el crecimiento económico y desarrollar nuevos productos y servicios

Según Gartner, los principales objetivos que hay detrás de la innovación son mejorar la experiencia de cliente (53%), liderar el crecimiento económico de la organización (53%) y desarrollar nuevos productos y servicios (45%). Por el contrario, los responsables de marketing consideran que las principales barreras para la innovación son la resistencia al riesgo (46%), la incapacidad para medir el impacto o el retorno (41%) y la escasez de talento (41%).

“El objetivo de innovar es la mejora y hay ocasiones que es añadir, pero otras es cambiar y otras sustituir, no solo elementos físicos, también procesos, metodologías, cultura empresarial, etc.…”, recuerda Travé.

Si miramos los ejemplos de algunos de los emprendedores más visionarios, la innovación no está exenta de riesgos y tiene una aureola de visionario. Henry Ford, el fundador de la Ford Motor Company decía que si hubiera preguntado al público qué es lo que querían, hubieran respondido caballos más rápidos. Y Steve Jobs, el cofundador de Apple, decía que no puedes simplemente preguntar a los clientes qué es lo que quieren y luego intentar darles eso que piden, porque para cuando llega el momento en que has construido eso, querrán algo nuevo.

¿Cuándo lanzar la innovación?

Cada año se introducen en el mercado unos 30.000 productos nuevos, y el 95% de ellos fracasan

Y es que ese punto de equilibrio entre ser el primero en llegar al mercado y no adelantarte demasiado a tu tiempo es complicado de conseguir. Sobre todo, en el ecosistema de las startups donde el famoso “time to market” es crítico para su supervivencia. Unas prisas que no siempre son buenas a tenor de los datos que da Clayton Christensen, experto en innovación del Harvard Business School: cada año se introducen en el mercado unos 30.000 productos nuevos, y el 95% de ellos fracasan.

“El tiempo es uno de los factores más importantes a la hora de innovar. Si se lanza un producto innovador en un momento que no es el adecuado seguramente fracasará, y este es uno de los aspectos más complicados, analizar la ventana de mercado e introducir un producto en el momento perfecto. De hecho, tendemos a pensar que ser el primero garantiza el éxito, pero no tiene por qué ser así. La primera marca en introducir un producto innovador en el mercado tendrá que superar ciertas barreras, ya sean sociales, culturales o empresariales. Es decir, deberán educar al público e invertir mucho dinero en promoción para hacer superar esta etapa de adaptación”, explica Fuentes.

El reto de la innovación, como hemos visto en muchas ocasiones, es saber adecuar la disrupción del producto y su novedad con la necesidad del mercado. El campeón de F1, Mario Andretti, decía que si tienes todo bajo control es porque no te estás moviendo lo bastante rápido. Y echando un vistazo a la historia desde el retrovisor, el cementerio empresarial está lleno de ejemplos de compañías que lanzaron productos que se adelantaron a su época, porque el mercado no era suficientemente maduro, la tecnología aún era cara y los usuarios no estaban preparados para adoptarlos del todo o no entendían cómo sacarle partido.

“Hoy existen muchos servicios y modelos de negocio que son réplicas de otros de hace 10 o 15 años que murieron por adelantarse a su tiempo, como Second Life”

“Hoy existen muchos servicios y modelos de negocio que son réplicas de otros de hace 10 o 15 años que murieron por adelantarse a su tiempo. El más manido ahora que está de moda el metaverso es Second Life. Un mercado está preparado para innovar cuando dicha innovación llega en el momento adecuado para que el mercado asuma y consuma dicha innovación”, argumenta Travé.

Precisamente, desde la consultora Syntonize señalan que “para la innovación es difícil encontrar el momento adecuado. Innovar es también romper con lo establecido y esto conlleva una irrupción en el mercado y en la sociedad. Estas irrupciones pueden ser muy bien acogidas o, por el contrario, totalmente rechazadas. Lo más habitual es que las innovaciones al ser lanzadas al mercado tengan un proceso madurativo, de en ocasiones años. El público y la sociedad necesitan tiempo para comprender y entender las innovaciones y ser capaces de poder utilizarlas adecuadamente. El más claro ejemplo son las criptomonedas, una tecnología que existe ya desde hace unos 10-12 años, pero que está viviendo su momento de esplendor y crecimiento ahora”.

Partick Thistle F.C en 1888 con espinilleras

“Son muchas las métricas a considerar para entender el grado de adopción de la innovación, identificarlas e interpretarlas de forma adecuada no es para nada trivial”, opina Alberto Grande. “En múltiples ocasiones nos encontramos con una situación en la que se genera un nivel de ‘ruido’ realmente elevado ante un nuevo concepto innovador, debido en muchas ocasiones al ‘miedo a quedarse fuera’ que una nueva tendencia suele crear. Este ruido se va silenciando paulatinamente si la propuesta de valor del concepto no es el adecuado o suficiente”, añade.

"Muchas veces se genera un nivel de ‘ruido’ realmente elevado ante un nuevo concepto innovador, debido en muchas ocasiones al ‘miedo a quedarse fuera’"

Y alude al caso de Second Life. Como su nombre indica Second Life proponía una ‘vida digital alternativa’ a la vida física en un momento en el que la importancia de esta vida digital no era relevante (o al menos no para una gran mayoría). La situación actual es muy distinta a la que se vivía en ese momento. En la actualidad la vida digital tiene la misma importancia (o más incluso) en algunos mercados (principalmente en determinados rangos de edad) que la vida ‘analógica’, por lo que a priori podría parecer que ahora mismo la situación es mucho más adecuada.

Entender los cambios de hábito de los consumidores, evangelizar sobre las ventajas de un nuevo producto, demostrar esos beneficios… son retos a los que se enfrentan a diario los equipos de innovación de las compañías. Y podemos comprender ese proceso de evolución volviendo al ejemplo de las espinilleras. Primero con su creación, seguida de su evolución física y luego con su transformación digital para ofrecer nuevas funcionalidades.

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La evolución física

Desde las espinilleras artesanales de caucho y cuero ideadas por Widdowson hasta las espinilleras multicapa especializadas de fibra de carbono que usa el jugador del Real Madrid, Jesús Vallejo, y que han sido diseñadas por la firma española Podoactiva bajo la marca Younext Protection, ha llovido mucho.

“Younext ha creado una espinillera que cumple con los máximos estándares de calidad y tecnología en lo que se refiere al trato de la fibra de carbono, dotando al deportista de una protección capaz de reducir el riesgo de sufrir lesiones”, indica Diego García, responsable de Younext Protection.

La compañía realiza las espinilleras de fibra de carbono a partir de cuatro capas de materiales en un producto de tan solo 30 gramos de peso y 3 milímetros de grosor:

  • EVA, que es el material que está más en contacto con nuestra piel. Se trata de un componente innovador con una gran capacidad amortiguadora, muy elástico, ligero y resistente.
  • Fibra de carbono/fibra polimérica: las espinilleras están formadas de varias capas entrelazadas de manera estratégica de fibra de carbono o fibra polimérica en función del modelo de las espinilleras. La colocación, trato y curación de estas capas superpuestas es vital para hacer una protección acorde a los grandes impactos que va a tener que soportar.
  • Vinilo con impresión digital: se trata de una película polimérica permanente con la que se consiguen los colores más vibrantes y el blanco más brillante, además de facilitar la personalización de las espinilleras a gusto del consumidor.
  • Barniz especial de automoción que protege el vinilo frente a posibles erosiones que puedan producirse y da brillo al acabado final.

Younext ha aplicado la inteligencia artificial, el modelado y escaneado 3D junto con un software de diseño para conseguir una precisión absoluta para la adaptación perfecta a la fisionomía de cada usuario.

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La transformación digital

El siguiente paso evolutivo ha sido dotar de inteligencia a las propias espinilleras de fibra de carbono haciendo de la transformación digital una evolución natural.

“Cuando hablamos de transformación digital en el mundo de la empresa, por lo general, lo que se busca habitualmente es: la optimización en base a la automatización/eliminación de tareas manuales; la apertura hacia nuevos mercados/canales y conceptualización de nuevos modelos de negocio; o la implementación de capacidades de analítica asociadas en muchas ocasiones a las capacidades de la inteligencia artificial, que permita una aproximación Data Driven de la organización”, dice Alberto Grande.

Las espinilleras HUOX 50 procesan más de 250.000 datos por entrenamiento o partido, ofreciendo más de 40 métricas

Y precisamente datos son los que tienen en abundancia las espinilleras HUOX 50, el nuevo producto de vanguardia de Humanox, la compañía española cofundada en 2020 por los emprendedores tecnológicos Rafael e Iván Contreras y en la que participa Wayra, y que forma parte del Programa de Innovación de la FIFA. A la evolución física, con espinilleras fabricadas con tecnología aeroespacial utilizando fibra de carbono, que las hace muy resistentes y ligeras, la compañía española le ha añadido la evolución digital incorporando diversas tecnologías (una placa electrónica en su interior con sensores y elementos avanzados tales como giroscopios, acelerómetros, GPS, sensor de frecuencia cardíaca, sensor de temperatura corporal…) que permiten a sus espinilleras inteligentes procesar más de 250.000 datos por entrenamiento o partido, ofreciendo más de 40 métricas dirigidas no solo a mejorar el rendimiento deportivo, sino a cuidar de la salud del jugador. Así, las HUOX 50 entre otros parámetros mide la fatiga, calcula las distancias y velocidades, pulso cardíaco, fuerza y golpeo del balón, estadísticas posicionales, golpeo de balón con cada pierna, calorías… unos datos que se pueden analizar desde una plataforma web o aplicación que permite seguir en tiempo real las métricas del partido o entrenamiento.

El Cádiz C.F, que ha mantenido su plaza en la Liga Santander, el Racing o C.A Osasuna, con un programa pionero junto a Telefónica para monitorizar a 18.000 chavales de la cantera, son algunos de los equipos que ya usan estas espinilleras inteligentes que Humanox está llevando también a las ligas de otros países. Además, acaban de sellar una alianza con Footters para contribuir a la digitalización del fútbol base.

Casi 150 años después, las espinilleras siguen sirviendo para el objetivo para el que Widdowson se las ató a sus piernas por primera vez. Habría que preguntarse ahora, si la incorporación del big data y la inteligencia artificial tienen sentido. Tommy Lasorda, jugador de béisbol, mánager deportivo y miembro del Hall of Fame, decía que en el béisbol y en los negocios hay tres tipos de personas: los que lo hacen posible, los que miran lo que pasa y los que se preguntan cómo ha ocurrido.

La transformación digital de las espinilleras facilita, precisamente, ese conocimiento de lo que está ocurriendo a partir de un análisis de datos enfocado tanto a la mejora del rendimiento deportivo como a la prevención de lesiones. Un estudio de Daniel Pfirmann estimaba que los jugadores profesionales de fútbol experimentan entre 2,5 y 9,4 lesiones por cada 1.000 horas de esfuerzo y que, aproximadamente un tercio de ellas, eran fruto de sobre exposición, por lo que son potencialmente predecibles. Teniendo en cuenta que el tiempo de recuperación medio ronda una semana, la transformación digital de las espinilleras aporta una ventaja competitiva al club a la hora de gestionar sus plantillas.

"Las espinilleras nos dan un dato orientado a la salud, en primer lugar, con métricas como la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, entre otras"

Ignacio Díaz Leblic, analista de datos del C.A Osasuna enumera las ventajas de las espinilleras inteligentes: "a diferencia de los GPS, las espinilleras nos dan un dato orientado a la salud, en primer lugar, con métricas como la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, entre otras. En segundo lugar, nos aporta métricas orientadas a la técnica del jugador con datos como el número de golpeos al balón con cada pierna o el mapa de calor del jugador en el campo entre otras. Y tercero, el proyecto con Humanox está orientada a toda la cantera no solo al alto rendimiento. Jugadores de 10 a 18 años con esta información nos da pie a mejorar nuestra toma de decisión con ellos. Por lo que es un valor añadido para todos los departamentos del club".

“Todo proceso de transformación digital debe estar dirigido a lograr unos resultados medibles, cuyas métricas (de éxito o fracaso) deben establecerse antes que el propio proyecto se comience a implementar”, reivindica el responsable de innovación en Paradigma.

“No hay unos KPIs o resultados clave que valgan para todas las empresas, cada organización tendrá sus propios objetivos”

Por su parte, el director y fundador de IEBS Digital School considera que “no hay unos KPIs o resultados clave que valgan para todas las empresas, cada organización tendrá sus propios objetivos. Sin embargo, podemos estipular algunos transversales. Por ejemplo, la medición del ROI, la cantidad de procesos que se han automatizado o que ahora se realizan con nuevos softwares, el número de ingresos a raíz de campañas digitales, indicadores de productividad de los empleados, etc…”.

La realidad es que las espinilleras son sólo un pequeño ejemplo de la transformación digital que está viviendo el deporte: desde los estadios hasta el fan engagement, la tecnología va seguir revolucionando la forma en que consumimos y nos relacionamos con el deporte. Así que, pensando en la transformación digital, aplica el mismo concepto básico que para los touchdowns. Como decía Joe Namath, el quarterback que llevó a los New York Jets a conquistar su única Super Bowl, si no vas a ir hasta el final ¿para qué ir?

Foto: Depositphotos

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