Su legado, intrínsecamente ligado al desarrollo y expansión comercial de Internet durante las décadas de 1980 y 1990, perdurará como un testamento de su visión y dedicación.
Lynch, tras obtener su máster en Matemáticas por la Universidad de California en 1965, sirvió en las Fuerzas Armadas estadounidenses como programador, un rol que marcaría el inicio de su distinguida carrera en el ámbito de las tecnologías de la información. En 1973, su trayectoria tomó un giro significativo al unirse al equipo del Stanford Research Institute, contribuyendo al proyecto Arpanet. Esta red, encomendada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos en 1969, sentó las bases para lo que hoy conocemos como Internet, facilitando la comunicación entre diversas instituciones del país.
Su inquietud por explorar el potencial comercial de Internet lo llevó en 1980 a la Universidad del Sur de California, donde trabajó en otro nodo de Arpanet. Sin embargo, su espíritu emprendedor lo impulsó, cuatro años después, a adentrarse en el sector empresarial. Su objetivo era claro: demostrar y potenciar el valor comercial de Internet. Para ello, organizó talleres que, hacia finales de los años ochenta, evolucionaron en el evento Interop. Esta iniciativa no solo catalizó el crecimiento de la red global, sino que también se acompañó de la publicación mensual ConneXions, enfocada en las redes de datos, marcando un hito en la industria.
Courtney Lynch padecía insuficiencia renal, según ha avanzado 'The New York Times con declaraciones de Julie Lynch-Sasson, hija del fallecido. Su legado continuará inspirando a futuras generaciones en el vasto campo de la tecnología y la innovación.