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Samsung Galaxy S5
Samsung Galaxy S5

Prueba Samsung Galaxy S5. Cuestión de energía

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
miércoles 22 de octubre de 2014, 13:04h

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Esperado, alabado, criticado, Samsung es actualmente el fabricante número uno de teléfonos móviles del mundo tanto por valor como por unidades vendidas; por eso, sus lanzamientos se miran con lupa, con exigencia, con expectación y sin benevolencia. Su Galaxy S5 (SM-G900F), en la mano, resulta una máquina diabólica de pantalla espectacular, que procesa a la velocidad de la luz, muy ligero, y con detalles internos difíciles de igualar; pero su diseño lo podría catalogar la vieja censura como 'no apto' para todos los públicos.

Prueba Samsung Galaxy S5. Cuestión de energía

A medio camino entre el Galaxy S4 y el fantástico Note 3, Samsung integra una pantalla de 5,1 pulgadas full HD superAMOLED, de una calidad excepcional, en 14,2 x 7,25, 0,81 cm de carcasa. El ratio de pantalla es considerablemente mayor que el de sus mejores competidores). A nuestra vista, el botón navegador universal, los digitales de retroceso y multitarea, el auricular, la cámara frontal de 2 Mpx y los múltiples sensores que integra el teléfono entre los que destaca, por novedoso el ANT+.

En el, simuladamente, metálico marco adivinamos, más al tacto que a la vista, el pulsador de activación, el doble botón del volumen, la salida de audio de 3.5”, el 'ojo' de los infrarrojos (convierte el móvil en mando universal de TV), el punto de 'reset' y en la base, con una tapa más resistente de lo que aparenta, el puerto de carga / cable para microUSB -aunque se puede utilizar el cable de doble entrada de carga rápida, propietario de la marca.

Entre lo mejor y lo peor

Si le damos la vuelta al terminal, nos enfrentamos a lo mejor que tiene, pero también a lo peor. Lo mejor, entre las cosas que los usuarios percibimos con facilidad: la cámara.

La cámara, de 16 Mpx con una óptica Isocel muy potente, se ha mejorado mucho con respecto a versiones y modelos anteriores. Si bien la velocidad de disparo ya era 0, el autoenfoque tardaba entre 1 y 2 segundos y ahora el se realiza en 0,3 segundos.

Así mismo, el software, que, ya, era muy bueno, ha mejorado algunos efectos, la disposición y la facilidad de uso. El detalle de minimizar los defectos de la piel para realzar juventud y belleza, agrada a propios y extraños (se puede regular) y si, hasta ahora, HDR era modo de disparo, el S5 lo integra como opción de la cámara (para condiciones de luz extrema). De hecho, ahora se puede poner en automático.

Otro detalle es el autofoco selectivo, el cual permite realizar el enfoque a posteriori y tiene tres modos: enfoque cercano, lejano o panorámico. De cualquier forma, la foto inicial no desaparece y se puede reeditar.

Bajo la cámara el flash de LED, y los sensores Ant+ para medidas biométricas. Por ejemplo, el desbloqueo o los pagos mediante lectura de huella dactilar -5 huellas- o el control de frecuencia cardíaca, el cual no podemos tomar como medición médica sino orientativa porque, entre otras cosas, sus oscilaciones son muy fuertes.

En le capítulo de lo que, en nuestro criterio es lo peor, están los materiales de construcción del teléfono y, muy especialmente, la trasera, plástica y delicada en cualquier color y muy poco afortunada en el caso del color carne y el dorado. El blanco con un punteado menos profundo para que no recoja tanta suciedad y el negro, siempre sobrio y elegante, son los más conseguidos. Pero, cualquiera de ellos resta prestancia a un smartphone de este nivel, especialmente en comparación con otros de precio y gama similar y acabados muy esmerados.

Sumergible

Si levantamos la trasera, que cierra a presión y tiene una hendidura para facilitarnos la labor, podemos ver con facilidad un perímetro de silicona que le otorga al dispositivo estanqueidad y permite alcanzar un nivel de resistencia al polvo y al agua IP67; es decir, se puede sumergir a un metro durante 30 minutos, sin filtraciones y el polvo no entra en ninguna circunstancia. Hay que recordar que es importante comprobar que la cubierta del puerto de carga está bien cerrado. No obstante, si lo abrimos, el fabricante nos recuerda con un mensaje en pantalla que debemos volver a ponerlo en posición correcta.

Ya abierto vemos también la cuna doble para la microSIM y la tarjeta de memoria externa MicroSD; el altavoz, con salida de sonido trasera, concentrada y un poco metálica; además de una batería de Ión Litio de 2.800 mAh y 3.85 v que le confiere buen rendimiento en condiciones de uso normales. Siempre conviene recordar que depende de nuestra configuración el que los teléfonos consuman más o menos y si no somos muy expertos, podemos recurrir a soluciones como el 'battery guru' aunque éste, trae sorpresa.

Procesador y conectividad

Con un corazón Qualcomm Snapdragon 801 4X a 2.5 GHz, arquitectura Krait y procesador gráfico Adreno 330, asociados a una RAM de 2 GB y memoria interna de 16 ó 32 GB, el Samsung Galaxy S5 es uno de los 4G más rápidos del mercado, no sólo porque equipe un procesador de San Diego, sino porque dispone de un 'refuerzo' de descarga, que funciona por agregación de banda (WiFi + LTE) y aunque consume más batería, resulta muy adecuado para descargar ficheros pesados. Con este sistema, los paquetes bajan simultáneamente pero no está disponible en todos los mercados, ni se activa en cualquier escenario.

Así, en un entorno de laboratorio con Router MIMO (aquí no se comercializa) y fibra óptica de más de 100 Mbps, la velocidad que da en refuerzo de descarga es de 258 Mbps.

Por otra parte, el nuevo Galaxy, máximo exponente de la casa coreana, tiene sistema de conectividad WiFi completo (lo mejor de los mejor), Bluetooth 4.0 estéreo y de bajo consumo; los Infrarrojos antes mencionados, y antena NFC integrada en el módulo Sanpdragon.

En cuanto al geoposicionamiento, IZAT combina A-GPS y GLONASS (sistemas orbitales americano y ruso respectivamente) y aumenta la cobertura en interiores.

Otros detalles

Entre las curiosidades, que son muchas y en cada rincón del software, que corre sobre sistema operativo Android Kit Kat, encontramos, por ejemplo, la sorpresa a la que nos referíamos antes: el modo ultra ahorro de energía, el cual permite con un 10% de batería, mantener una autonomía de 24 horas.

Lo que hace el sistema es que pone la pantalla en blanco y negro y deja activas sólo las aplicaciones esenciales (se pueden seleccionar). Desactiva datos móviles y toda la conectividad, salvo la asociada a la transmisión de voz. Al encender la pantalla, se realiza el 'switch on' de datos. Podemos personalizar las aplicaciones activas y dejar por ejemplo, S Health, un software para mantenernos en forma y llevar un control de nuestra actividad día a día.

Otro modo es el de emergencias, con el cual se cambia la pantalla a blanco y negro, y activa la linterna, la alarma, compartir ubicación con un contacto predefinido, teléfono, Internet, una aplicación más y un acceso destacado en tamaño grande, a la llamada de emergencia.

Y si éste es el Samsung Galaxy S5, un aspirante a número uno, de iconos rediseñados y colores luminosos, su compatibilidad con los accesorios digitales del fabricante coreano lo posicionan en un nuevo estatus: el de corazón de nuestra vida digital; pero esa... esa es otra historia.

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