Para el profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) César Córcoles, la web es âel medio para compartir información más usado en la historia de la humanidadâ, y para Josep Navarro, docente colaborador en estos mismos estudios, se trata de una âbiblioteca universalâ cuyo descubrimiento se puede comparar, dice, al del fuego. Se creó, apunta, âel fuego modernoâ.
La web es âel medio para compartir información más usado en la historia de la humanidadâ
Desde aquel momento han pasado 32 años y, según Netcraft, en enero de este año habÃa constancia de 1.200 millones de páginas, mientras que, para Internet Live Stats, existen 1.800 millones, aunque solo 200 están activas, es decir, el 11%. ¿Qué pasa con todos esos sitios sin actualizar? Los expertos aseguran que tienen âpoco interés o poca calidadâ.
Navarro señala que muchas páginas ya están siendo âeliminadasâ por los buscadores, ya que no las tienen en cuenta a la hora de indexarlas y por ello es muy difÃcil encontrarlas. Cuando no se genera nueva información o los creadores pierden interés en el tema, estas páginas se convierten en âbasuraâ, pero algunas, advierte Córcoles, âsiguen siendo informativas y útilesâ.
âQue haya una gran cantidad de páginas abandonadas, pero que sigan siendo accesibles es, de hecho, un gran patrimonioâ, remarca, aunque el docente también alerta de que tanto la electricidad que consumen como los ordenadores donde se alojan generan una âhuella medioambiental importanteâ.
La web "seguirá siendo el medio más importante para la comunicación de las personas durante décadasâ
Asà las cosas, ¿qué futuro les espera a las tres w? A la inactividad de muchas de las páginas, se suma que, en la actualidad, no son las únicas herramientas que se utilizan para conectarse con otros o consultar documentos en internet. Las redes sociales, por ejemplo, tienen un uso similar.
Sin embargo, los expertos no creen que estas supongan una amenaza para la web. âSeguirá siendo el medio más importante para la comunicación de las personas durante décadasâ, apuesta Córcoles, mientras que Navarro afirma que sobrevivirá âmucho tiempoâ porque, dice, âla información que se busca va mucho más allá de lo que ofrecen las redes socialesâ.
Acceso a internet: ¿un derecho universal?
Cuando Berners-Lee creó la primera web, promulgó que su objetivo era la ârecuperación de informaciónâ para âdar acceso global a un gran universo de documentosâ. Y es él mismo el que se muestra preocupado con esta previsión, porque tres décadas después de aquel momento, y sin menospreciar su propio invento, las páginas web solo llegan a la mitad de la población mundial, según los datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
"La web ha dado acceso a ese universo de documentos a prácticamente cuatro mil millones de personas; un logro colosalâ
Córcoles considera que el acceso a la web está âbastante mal distribuidoâ: en Europa es del 88% y en Ãfrica, del 28%, según el último informe de la UIT. âAun sin ser universal, sà podemos decir que la web ha dado acceso a ese universo de documentos a prácticamente cuatro mil millones de personas; un logro colosalâ, remarca, sin perder de vista que ahora lo que falta es âdar acceso a la otra mitadâ.
En esa tarea está embarcado Berners-Lee a través de la Web Foundation, de la que es cofundador. El creador de las tres w cree que poder entrar en una página web debe ser uno de los âderechos humanosâ. Y es que llegar a ellas puede darnos, asegura Navarro, âinmediatezâ y âlibertadâ.
Avances y retos
Para llegar a las páginas que se fueron creando desde los años noventa, los navegadores fueron clave, explican los expertos. âHan sido la piedra angular de la explosión del uso de WWW, sobre todo a partir del año 2000â, asegura Navarro. Netscape Navigator, Internet Explorer, Firefox y, más recientemente, Chrome, y la competencia entre ellos, señala Córcoles, han sido los responsables de que haya sido más fácil encontrar la información que los usuarios buscamos en internet.
En 32 años también han cambiado otras cosas, como la velocidad, la capacidad y los dispositivos que utilizamos. Los móviles, tabletas u ordenadores actuales son, advierte Córcoles, âmillones de veces más potentes que los que tenÃamos en 1989â. Y también la agilidad con la que navegamos, ya que, en nuestras manos, a través de los teléfonos, añade, âtenemos más ancho de banda que el que tenÃa Berners-Lee en un centro de investigación tan avanzado como el CERNâ, donde se gestó la primera web. Los dispositivos móviles han aumentado el consumo de webs porque âpermiten su uso en cualquier momento y lugarâ, añade Navarro.
âCuando cada vez más partes de nuestra vida circulan por la web, debemos proteger esos datosâ
También han surgido nuevas preocupaciones sobre el uso de las webs, como la seguridad. âCuando cada vez más partes de nuestra vida circulan por la web, debemos proteger esos datosâ, propone Córcoles, apostando por que nuestras comunicaciones sean âsegurasâ y âprivadasâ.
Navarro añade que la información que consultamos en las páginas deberÃa ser âverazâ y âde calidadâ para evitar que algunos puedan âmanipular y sesgar la opinión de los ciudadanosâ.
Para los expertos está claro que las tres w tienen mucho futuro por delante, tanto que Córcoles recuerda que hace tres décadas su creador no se imaginaba lo que harÃamos hoy con ellas. AsÃ, los cambios que habrá en 2053, 32 años desde el dÃa de hoy, dice, âson igual de imposibles de anticiparâ.
Autor: Comunicación UOC