En primer lugar, antes de hablar de las distintas funcionalidades que puede proporcionar una televisión, es necesario que el comprador se haga varias preguntas: ¿Cuánto dinero estoy dispuesto a gastarme?, ¿cuánto espacio tengo para colocar el dispositivo? y ¿para qué uso más a menudo la televisión? La primera respuesta acotará en gran medida los modelos de tv a elegir; la segunda parece un mero trámite, pero es necesario tener en cuenta el tamaño del salón para no pasarnos de dimensiones, o no quedarnos cortos; la última dará pistas sobre las características que más nos interesan (sonido, conectividad, Smart tv…).
Una vez resueltas esas dudas, podemos centrarnos en otras más específicas:
Según la guía de Panasonic, si lo que estamos buscando es un televisor de alta calidad con tecnología punta, lo mejor es decantarnos por un modelo OLED (Organic Light-Emiting Diode). El panel OLED está compuesto por millones de diodos orgánicos y emisores de luz individuales, lo que significa que cada diodo es capaz de producir su propia luz y color. Su mayor ventaja es el excelente nivel de color negro, pero si bien es cierto que tienen la mejor calidad, también son los más caros.
La siguiente mejor opción podría ser un QLED (Quantum Dot Light Emitting Diode), una evolución de la tecnología LED. Las pantallas de estos televisores se caracterizan por estar compuestos por Quantum Dots, es decir, por miles de millones de nanocristales compuestos por materiales semiconductores que producen una gran variedad de colores y sombras diferentes para ofrecer a los consumidores una experiencia totalmente inmersiva gracias a su alto rendimiento de imagen realista. Destacan por ofrecer más brillo y más color, ya que pueden hacer que todos los colores en el espectro disponible sean más brillantes sin perder saturación.
Es pronto para pensar en 8k. Con 8K tenemos una resolución de 7680 x 4320 y 33.177.600 píxeles, una cantidad demasiado alta de información para los formatos que se pueden encontrar ahora mismo. Como apuntan desde Panasonic, con un formato 8K únicamente conseguimos que los píxeles se “estiren” y el resultado que vemos en la pantalla sea mucho peor.
Con un formato 8K únicamente conseguimos que los píxeles se “estiren” y el resultado que vemos en la pantalla sea mucho peor.
Ahora mismo, quizá lo más sensato sea apostar por el 4K, el formato que mejor se adapta al contenido y las necesidades de millones de usuarios en todo el mundo. Estos televisores, también conocidos como UHD (Ultra High Definition) están muy bien de precio y tienen cuatro veces más píxeles que las televisiones estándar. Las opciones más económicas serían los televisores HD, con una resolución de 1280 x 720, y los Full HD, con una resolución de 1920 x 1080 píxeles.
Que recibamos mejor o peor el sonido, muchas veces, depende de la orientación de los altavoces de la televisión. Panasonic, por ejemplo, incorpora en las gamas HZ2000 y HZ1500 altavoces integrados con sonido inmersivo 360 orientados hacia el techo. No obstante, en este aspecto, lo más seguro es que si se quiere potenciar esta característica, sea necesario comprar una barra de sonido. Este dispositivo incorpora varios altavoces pequeños y de calidad que permiten la reproducción adecuada de bajas frecuencias.
Si lo tuyo son las series en streaming, puedes tener en cuenta la certificación Netflix Recommended TV que la compañía da a los mejores televisores del mercado por su fantástico rendimiento. Es una distinción muy bien valorada, ya que estos televisores consiguen llevar el contenido a otro nivel e intensifican la experiencia de los usuarios.
- Peli y manta
La televisión nunca estará a la altura de la experiencia que supone ir a una sala de cine, pero lo que más puede hacer que se le parezca es el Filmmaker Mode. Esta tecnología, que cuenta con el visto bueno de algunos de los realizadores más famosos de todos los tiempos, como Scorsese o Christopher Nolan, se creó con la idea de que los televisores reproduzcan las películas y series siendo totalmente fieles a la visión de sus directores. En las tv que lo incluyen, por ejemplo, la luz se adapta de forma precisa para que el visionado sea excepcional. El Filmmkaer Mode puede ser un complemento que marque la diferencia a la hora de elegir un televisor.
Que la televisión sea “smart” no supondrá una gran diferencia. Con las conexiones HDMI, USB, o la entrada de SD, el WIFI y el Bluetooth se puede hacer lo mismo, por un precio mucho menor. En resumen, si la televisión no tiene la etiqueta de “inteligente”, no pasa nada.
Es el punto más personal. La calidad de una televisión con pantalla curva no dista mucho de la de una normal, y lo mismo ocurre con las pantallas finas. Pueden estar de moda, pero no influyen en gran medida en las cualidades del aparato. En resumen, tanto este aspecto como los demás puntos pueden servir de guía, pero lo más importante a la hora de comprar una televisión será siempre la experiencia del usuario. Los gustos y percepciones de cada uno se imponen a cualquier recomendación.
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