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La democracia ha muerto ¡Viva Internet!

Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
domingo 17 de junio de 2018, 20:10h

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Dice un meme que circula por Internet que un niño que había nacido a finales de mayo, en apenas 15 días de vida había conocido “dos presidentes del Gobierno, dos entrenadores del Real Madrid, dos seleccionadores nacionales y tres ministros de cultura”. El poder de la red se ha vuelto infinito e intransigente, en lo bueno y en lo malo; tanto como para que quien, hasta unas horas antes formaba parte muy activa de la llamada ‘social network’ y del ‘show business’, se despidiera de su cargo como ministro de Cultura denominando a los miembros del ‘todo digital’, “jauría” -hablamos de Maxim Huerta-. Pero la cuestión es si realmente esa “jauría” ostenta y detenta el poder que se le otorga o somos marionetas y hay alguien que, en sigilo, mueve los hilos. Hay que reconocer que Huerta era el punto débil de un Gobierno de poster y que incluso la indiscreta etiqueta de sus recién estrenados zapatos chocaba entre tanta altura y perfección…

Unos días antes del tsunami nacional, en un editorial de ‘Telefonía y Comunicaciones’, nos preguntábamos por esta cuestión y por el valor perdido de una democracia cuyo poder ya no reside en las urnas sino en la red. Y lo hacíamos con estas palabras:

Ángela Merkel ha pedido públicamente que se devuelva la “soberanía de los datos al ciudadano” y lo ha hecho después del segundo escándalo en el que Facebook se ha visto envuelto en unos meses, pero que podría ser uno de tantos; uno más de los que salpicarían a las multinacionales de Internet si se creara una división de Interpol para investigar sus fechorías.

Y, pobre de aquel que no siga sus mandamientos, porque lo relegan al ostracismo de la última página

Hace ya años que uno de los temas que analizo con mis alumnos en la universidad es la medievalización de la sociedad. El hecho de que, a través de la Internet o utilizando Internet, se hayan instaurado en la sociedad mundial una serie de ‘grandes señores’ para los que la humanidad trabaja gratis y, sin solicitar nada a cambio, les aporta la savia de sus cuentas corrientes: los datos. Estos señores, no conformes con vivir de ‘nuestros bienes’, a cambio de unos cuantos algoritmos simpáticos, se han auto-concedido la potestad de decidir cómo, cuando, qué, de qué modo y en qué formato tenemos que comprar o trabajar: lo llaman SEO.

Y, pobre de aquel que no siga sus mandamientos, porque lo relegan al ostracismo de la última página; pero eso sí, si cualquier empresa, por pequeña o grande que sea, debe cumplir escrupulosamente con el fisco local, ellos parecen estar exentos. Da igual que seas el ser humano más inteligente, el más trabajador o con la empresa más productiva de la era analógica; los nuevos reyezuelos, la aristocracia de Internet no entiende de generaciones digitales, ni del valor de la experiencia, del respeto por los mayores, ni de las cosas bien hechas. ¿Cuántas empresas han jubilado a sus expertos y los han sustituido por un ‘community manager’? ¿Cuántos medios han dejado atrás a sus investigadores en aras de becarios que no tengan escrúpulos ante ‘Google Trends’, que consuman ‘Trending topics’ o que posteen en ‘FB’?

Ellos, los ‘señores’ de la Red, ponen las normas, marcan pautas a los consumidores y han moldeado a su antojo nuestras vidas. Somos simples vasallos de las OTTs (GAFAT) y nos hemos dejado conquistar entregándoles la llave de nuestras vidas; sí, pero por ignorancia. Y ahora salta el escándalo. Dónde he oído yo una y mil veces eso de… ¡Google sabe quién va a ser el próximo presidente de los EE.UU. y eso es un peligro! Pues efectivamente, Christopher Wylie, ex empleado de Cambridge Alalytics lo ha explicado con claridad: “se conocían los posibles resultados y se ideó una maquinaria para manipular las decisiones de los votantes: utilizamos Facebook para acceder a millones de perfiles de usuarios y construimos modelos para explotar lo que sabíamos de ellos y apuntar a sus demonios internos…”. ¡Tremendo! La democracia, ha muerto. ¿Viva Internet?

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