El ONTSI ha dado a conocer el dossier de indicadores sobre teletrabajo y trabajo en movilidad en España y la Unión Europea a partir de los datos de INE y Eurostat. Así, permite conocer el grado de adopción del trabajo desde el domicilio particular antes y durante la pandemia de la COVID-19, llegando el análisis hasta el primer trimestre de 2021. También muestra el grado de preparación de las empresas para permitir el trabajo en movilidad en el año 2020.
Antes de la pandemia, en el período 2011-2019, la adopción del teletrabajo era muy desigual en los países europeos, oscilando el porcentaje de ocupados que trabajaban desde el domicilio particular de la media de la UE27 entre el 4,8 y el 5,5%. En el caso de España, la adopción era inferior, con porcentajes en el rango del 3,6 a 4,8% en dicho periodo de tiempo.
Respecto a la preparación de las empresas, en 2020 las empresas españolas estaban más preparadas que las europeas para el trabajo a distancia o en movilidad. El 74% de las empresas españolas proporcionaban a sus empleados dispositivos que permiten una conexión móvil a internet para uso empresarial, frente al 70% de las europeas.
Adopción rápida del teletrabajo en España
Desde el segundo trimestre de 2020 al primer trimestre de 2021, los datos reflejan una adopción rápida del teletrabajo en España. Aunque de ese periodo las cifras de personas que trabajan en remoto se han reducido con respecto al periodo de confinamiento severo, el trabajo a distancia se consolida como opción laboral, duplicándose los porcentajes tanto de las personas que teletrabajan habitualmente como aquellas que lo hacen de manera ocasional.
En el segundo trimestre de 2020, correspondiente con el periodo de confinamiento estricto, se produjo el momento álgido de adopción de teletrabajo, el 16,2% de los ocupados del país (3.015.200) trabajaron desde su propio domicilio más de la mitad de los días. En el tercer y cuarto trimestre estos teletrabajadores cayeron a cifras cercanas al 10%. Debido al agravamiento de la pandemia y a las medidas de reducción del contacto social por parte de las autoridades este porcentaje creció de nuevo hasta el 11,2% (2.146.000 personas) en el primer trimestre de 2021.
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Los trabajadores presenciales durante el confinamiento correspondiente a los datos del segundo trimestre de 2020, llegaban al 78,6% de los ocupados en España, subiendo estas cifras hasta el 84% a partir del tercer trimestre, para volver a bajar al 82,5% en el primer trimestre de 2021. Se observa, por tanto, una tendencia descendente de teletrabajo habitual a lo largo del año 2020 y un ligero repunte en el primer trimestre de 2021, según ha ido avanzado la pandemia.
Analizando por género, se observa que el teletrabajo se ha adoptado durante la pandemia en todos los trimestres estudiados en mayor medida por las mujeres, mantenido porcentajes de más de dos puntos porcentuales por encima de los hombres en términos globales.
Madrid y Cataluña están a la cabeza del teletrabajo.
Si analizamos las franjas de edad, son las personas de 35 a 45 años las más proclives al teletrabajo. Se trata de un colectivo en el que es más frecuente el cuidado de menores y dependientes, por lo que son más propensos a solicitar la modalidad de teletrabajo como modelo compatible con la conciliación. Los trabajadores más jóvenes (16-24) son los menos propensos al teletrabajo, seguido de los mayores de 55 y más años.
Si observamos las cifras de teletrabajo por comunidades autónomas, Madrid y Cataluña están a la cabeza, con cifras de adopción del 26,6% y el 18,5% respectivamente durante el confinamiento y del 21,6% y 15,2% en el primer trimestre de 2021. En el lado opuesto se encuentra Navarra, Murcia y Aragón, con porcentajes de teletrabajo durante el confinamiento del 12,5%, 10,6% y 12,6% respectivamente, y del 6%, 5,5% y 5% respectivamente en el primer trimestre de 2021.
Finlandia, Luxemburgo e Irlanda, a la cabeza del teletrabajo en Europa
En 2020, como consecuencia de las medidas de prevención y contención que pusieron en marcha los Estados miembros para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, impulsaron definitivamente el teletrabajo en todos los países. A partir del segundo trimestre de 2020 el porcentaje de europeos que trabajaron desde el domicilio particular subió en todos los países, elevando la media de la UE hasta el 12,3%, y el de los españoles al 10,9%.
Respecto al trabajo desde el domicilio particular que se produce de manera ocasional, en España creció del 3,5% en 2019 al 4,2% en 2020, pero siguió muy por debajo de la media europea que era del 8,7% de los trabajadores en 2020.
Los países más proclives al trabajo desde el domicilio particular de forma habitual eran Finlandia (25,1%), Luxemburgo (23,1%), Irlanda (21,5%), Austria (18,1%), y Países Bajos (17,8%) en 2020. En el extremo opuesto estaban algunos países del este, como Bulgaria (1,2%), Rumanía (2,5%), Croacia (3,1%) y Hungría (3,6%).
Respecto a la diferente adopción del trabajo desde el domicilio particular por parte de hombres y mujeres, en la mayor parte de los Estados miembros se observa un claro sesgo femenino, es decir, son más las mujeres las que trabajan desde casa que los hombres. La excepción se da en los Países Bajos, Alemania, Suecia y Letonia, países en los que los hombres teletrabajan más que las mujeres.
Las empresas medianas y grandes españolas son las mejor preparadas ante el teletrabajo
El equipamiento y la conectividad son requisitos para poder prestar los servicios telemáticamente. Estos servicios de movilidad deben ser prestados por la empresa según el RD. Ley 28/2020 de Teletrabajo. La encuesta de TIC y comercio electrónico en empresas de 2019 y 2020 (de INE y Eurostat) muestra datos sobre el grado de preparación de las empresas para que sus trabajadores puedan prestar servicios a distancia.
La preparación de las empresas españolas supera a la media de los países de la Unión Europea.
Según esta encuesta, las empresas que proporcionan a las personas empleadas dispositivos portátiles que permiten una conexión móvil a internet para uso empresarial son más frecuentes en España que en la media de la UE 27.
En 2019 el 71% de las empresas españolas facilitaban dispositivos que permitían la movilidad de sus trabajadores frente al 69% de las empresas europeas. Esta preparación digital se ha consolidado en España en 2020, siendo el 74% de las empresas españolas que ofrecen este servicio frente al 70% de la UE de los 27.
El tejido empresarial español está preparado en términos globales para la transición a la movilidad en el trabajo, situándose en el grupo intermedio de países de europeos, que facilitan tecnología a sus trabajadores para trabajar en movilidad, pero aún a distancia de los países nórdicos, en los que el porcentaje de empresas que facilitan dispositivos para la movilidad se aproxima al 100%.
Si observamos el porcentaje de personal empleado que recibe estos dispositivos para el trabajo en movilidad, las cifras españolas también están por encima de la media de la UE27. En 2020 este porcentaje en España era del 34%, mientras que en la UE27 fue del 29%. La evolución respecto del año anterior fue más positiva en España que en la media de la UE27, creciendo en España 5 puntos porcentuales frente a 1 punto porcentual en la UE27.
La provisión de dispositivos que permiten movilidad a sus trabajadores es desigual por sectores, habiendo mayor proporción de empresas que proporcionan este tipo de equipamiento en los sectores más tecnológicos, mientras que los que menor proporción presentan son los sectores de producción de bienes de consumo, alimentos y bebidas.
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Si hacemos un análisis por tamaño de empresa, la preparación de las empresas españolas supera a la media de los países de la Unión Europea en cualquiera de los segmentos analizados, tanto en grandes empresas como en medianas, pymes o pequeñas empresas.
Experiencia, preparación digital y normativas: claves del teletrabajo
Las experiencias previas en teletrabajo, así como la preparación digital de las empresas, y los marcos normativos adoptados, han sido elementos determinantes para favorecer la adopción del teletrabajo en España y en Europa. El teletrabajo ha sido un elemento decisivo para permitir la coexistencia de la actividad económica y las medidas adoptadas para la prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19.
La pandemia producida por la COVID-19 ha supuesto un impulso decidido del teletrabajo en España, sobre todo durante el periodo del confinamiento. Aunque la adopción del teletrabajo habitual disminuyó después de este periodo, sobre todo en aquellos trimestres en los que se relajaron más las medidas de contención por parte de las autoridades fruto de una mejor evolución de la pandemia, el teletrabajo ocasional no paró de crecer en el último año.
En la comparativa europea, la adopción del teletrabajo, el aumento en España ha sido rápido en el último año, pero es menor en España que en la media de los países europeos, y se encuentra lejos de los países nórdicos, que son los que presentan mayor nivel de adopción.