A finales de abril del 2015, la CNMC aprobaba definitivamente la operación que permitía a Telefónica adquirir DTS (Distribuidora de Televisión Digital SA), la compañía que operaba Canal+ en nuestro país y que permitiría a la teleco integrarla en Movistar TV y crear lo que hoy conocemos como Movistar Plus+.
Sin embargo, el regulador impuso una serie de condiciones durante cinco años (prorrogadas tres años más hasta el 30 de abril de 2023) que han delimitado las posibilidades de acción de la teleco y que han permitido al sector ser competitivos, como hemos visto con ofertas como Vodafone TV, que según los últimos datos posee 1,49 millones de clientes según sus últimos datos; y Orange TV que suma 1,2 millones de suscriptores, también según sus últimos resultados conocidos. En los últimos años, la entrada de las plataforma de streaming han reventado el sector, reduciendo la cuota de Movistar Plus+ al 4%, frente al 24% de Prime Video, el 23% de Netflix, el 16% de Disney+ y el 15% de HBO Max, incluso por detrás de la plataforma local Filmin que suma ya un 6%, todo según los datos aportados por JustWatch.
Entre estas obligaciones impuestas establecía la obligación de poner a disposición de sus rivales una oferta de canales premium que permitan replicar sus ofertas, que incluían los contenidos sobre los que tengan derechos de emisión en exclusiva en nuestro país, independientemente de que sean o no deportivos, por lo que uno de los productos más destacados, el fútbol, entraba en la lista.
Ya desde el año 2020, Telefónica ha insistido en que la regulación debía modificarse ya que el mercado había cambiado y hace solo unas semanas, Pablo Carvajal, su máximo responsable jurídico, aseguraba, en un encuentro con la prensa, que "las condiciones pierden su vigor y no hay ninguna condición de mercado que autorice a la CNMC a intervenir" ya que no tenían una posición dominante en el mercado de la televisión, por lo que "no debe haber ninguna regulación en la televisión de pago".
En 2018, Vodafone España tomó la compleja decisión de decir adiós al fútbol, una oferta en la que habían sustentado hasta la fecha su oferta de televisión y cuya decisión justificada porque "la continua subida de coste de los derechos y el modelo de reventa mayorista hace imposible realizar una oferta de los contenidos a precios razonables a los clientes", provocó un importante golpe en las cuentas a corto plazo, sin embargo, Orange España continúa ofreciendo estos contenidos en la actualidad, siendo el único operador alternativo a ello.
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Telefónica ya es libre
Ante esta situación, Telefónica queda libre de obligaciones en este aspecto, por lo que la teleco española tiene potestad para decidir si se queda como el único operador que emite el fútbol (aunque el 50% de los derechos de LaLiga los posee Dazn), el producto más valioso para los operadores, y también el más caro.
Por ello, durante la presentación de resultados del primer trimestre, se ha preguntado al equipo directivo de Orange España al respecto y han recordado que el acuerdo vigente contempla la temporada 2022-2023 completa, por lo que los cambios, de producirse, serían de cara a la próxima temporada, sin embargo, aseguran que ya están negociando con Telefónica y "estamos seguros de que llegaremos a un acuerdo con ellos".
"Creemos que un deporte tan seguido como el fútbol debe darse en unas condiciones y con un nivel de competencia suficiente"
"Creemos que un deporte tan seguido como el fútbol debe darse en unas condiciones y con un nivel de competencia suficiente para que pueda disfrutar de ello el mayor número de gente, como hasta ahora", aseguran desde Orange.
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La realidad sobre lo que ocurra la temporada que viene es aún lejana y tiene todos los frentes abiertos: Telefónica tiene en exclusiva los derechos sobre la Champions League de la próxima edición por lo que podría llegar a un acuerdo solo sobre una parte del fútbol como LaLiga o apostar por precios elevados que disparen la factura de Orange. El tiempo dirá, pero el partido por el fútbol de los operadores apenas acaba de empezar.
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