Según se extrae del Diario Oficial de la Unión Europea, las importaciones del cable procedentes de China empezarán a estar sujetas a aranceles que van desde el 19,7% hasta el 44%.
La norma se refiere a todos los cables de fibras ópticas monomodo, constituidos por una o más fibras enfundadas individualmente, con cobertura protectora e incluso con conductores eléctricos que provengan de China.
Pese a ello, lo norma excluye del arancel a los cables en los que todas las fibras ópticas están provistas individualmente de conectores operativos en una o ambas extremidades, así como a los cables para uso submarino.
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Según detallan las autoridades europeas, la decisión se debe a que se ha confirmado que hay una distorsión en el mercado proveniente de China debido a que muchas de estas compañías son propiedad de autoridades del país, se encuentran en regiones con políticas públicas discriminatorias o tienen costes salariales distorsionados, entre otras cuestiones.
Ante esta decisión, compañías como el fabricante italiano de cables Prysmian ha celebrado asegurando que "acogemos con satisfacción la decisión de hoy de la Comisión Europea y es tranquilizador ver que Europa es capaz de actuar con firmeza contra las prácticas desleales”, según ha declarado Philippe Vanhille, vicepresidente ejecutivo de la división de telecomunicaciones de Prysmian.
Con estas medidas, Europa busca equilibrar el mercado de la fibra óptica para evitar los fabricantes chinos apoyados directa o indirectamente por el Gobierno asiático puedan dominar el mercado.