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lunes 10 de abril de 2023, 09:00h

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Las personas de todo el mundo dependen tanto de Internet para ejercer derechos humanos socioeconómicos como la educación, la atención sanitaria, el trabajo y la vivienda que el acceso en línea debe considerarse ya un derecho humano básico, según revela un nuevo estudio bajo el título Politics, Philosophy & Economics del Dr. Merten Reglitz, profesor de Ética Global en la Universidad de Birmingham.

El acceso a Internet, concretamente en los países en vías de desarrollo, puede marcar la diferencia entre recibir una educación, mantenerse sano, encontrar una vivienda y conseguir un empleo... o no.

Incluso si las personas tienen oportunidades fuera de línea, como acceder a regímenes de seguridad social o encontrar vivienda, están en desventaja comparativa respecto a quienes tienen acceso a Internet.

Derecho humano autónomo al acceso a Internet

El Dr. Merten Reglitz, profesor de Ética Global en la Universidad de Birmingham, ha dado a conocer sus conclusiones en Politics, Philosophy & Economics y aboga por un derecho humano autónomo al acceso a Internet, basado en que es una necesidad práctica para una serie de derechos humanos socioeconómicos.

"Internet tiene un valor único y fundamental para la realización de muchos de nuestros derechos humanos socioeconómicos"

Reglitz insta a las autoridades públicas a que proporcionen acceso gratuito a internet a quienes no puedan permitírselo, así como formación en competencias digitales básicas para todos los ciudadanos y protección del acceso en línea.

Así indica que "Internet tiene un valor único y fundamental para la realización de muchos de nuestros derechos humanos socioeconómicos: permite a los usuarios presentar solicitudes de empleo, enviar información médica a los profesionales sanitarios, gestionar sus finanzas y negocios, hacer reclamaciones a la seguridad social y presentar evaluaciones educativas. La estructura de Internet permite un intercambio mutuo de información que tiene el potencial de contribuir al progreso de la humanidad en su conjunto debería protegerse y desplegarse declarando el acceso a Internet un derecho humano".

Ámbitos de los países desarrollados en los que el acceso a Internet es esencial

En educación, los estudiantes de hogares sin acceso a internet se ven perjudicados a la hora de recibir una buena educación escolar, ya que disponen de material didáctico y de estudio en línea.

El acceso a internet puede marcar la diferencia entre recibir un nivel adecuado de atención sanitaria o no recibir ninguno.

En el ámbito de la salud, prestar asistencia sanitaria en persona a comunidades remotas puede ser difícil, sobre todo en países como Estados Unidos y Canadá. La sanidad en línea puede ayudar a colmar esta laguna.

En cuanto a vivienda, en muchos países desarrollados, una parte importante del mercado de la vivienda de alquiler se ha trasladado a Internet. Respecto a la Seguridad Social, acceder a estos servicios públicos suele ser excesivamente difícil sin acceso a Internet.

Por último, en el trabajo, los puestos de trabajo se anuncian cada vez más en tiempo real a través de internet y los ciudadanos deben poder acceder a los sitios web pertinentes para hacer uso efectivo de su derecho de acceso a un trabajo.

Las herramientas de educación en línea pueden marcar una diferencia significativa

La investigación del Dr. Reglitz también pone de relieve problemas similares para las personas sin acceso a internet en los países en desarrollo: por ejemplo, el 20% de los niños de entre 6 y 11 años no están escolarizados en el África subsahariana. Muchos niños tienen que hacer largas caminatas para llegar a sus escuelas, donde el número de alumnos por clase suele ser muy elevado en escuelas en ruinas, insalubres y con un número insuficiente de profesores.

El 20% de los niños de entre 6 y 11 años no están escolarizados en el África subsahariana.

Sin embargo, las herramientas de educación en línea pueden marcar una diferencia significativa, permitiendo a los niños que viven lejos de las escuelas completar su educación. Si el material didáctico está disponible digitalmente y los alumnos no tienen que compartir libros, se puede enseñar a más estudiantes de forma más eficaz.

Para los habitantes de los países en desarrollo, el acceso a internet también puede marcar la diferencia entre recibir un nivel adecuado de atención sanitaria o no recibir ninguno. Las herramientas sanitarias digitales pueden ayudar a diagnosticar enfermedades; por ejemplo, en Kenia se ha utilizado un kit portátil de examen ocular (Peek) basado en teléfonos inteligentes para examinar la vista e identificar a las personas que necesitan tratamiento, especialmente en zonas remotas desatendidas por los médicos.

En los países en desarrollo, la población se enfrenta a menudo a la falta de bancos físicos, y el acceso a Internet hace posible la inclusión financiera. Las pequeñas empresas también pueden recaudar dinero a través de plataformas de crowdfunding en línea: el Banco Mundial prevé que las sumas recaudadas en África pasen de 32 millones de dólares en 2015 a 2.500 millones de dólares en 2025.

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