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Por Pilar Bernat
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pbernattelycom4com /7/7/16
domingo 23 de junio de 2019, 13:47h

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Parece que el ojo del huracán Huawei ha llegado al planeta Tierra y que la tormenta de noticias, de mentiras, de tuits y de comentarios malintencionados nos ha dado un respiro para poder ordenar las ideas y que tanto las administraciones como las empresas o los mismos usuarios puedan ver con claridad la situación y tomar medidas al respecto. La cuestión es que Trump ha planteado una guerra de intereses en terreno y con pólvora ajena en un claro intento de adquirir ciertas ventajas en el entorno digital, pero lo ha hecho sin medir consecuencias. Las preguntas están en el aire: ¿cuál va a ser la postura de las empresas americanas? ¿Es una oportunidad para acabar con los monopolios y dar entrada a otros desarrolladores europeos? ¿Tiene previsto Huawei un plan de contingencia? ¿Se puede ir hacia una escalada de la tensión mundial?

Tony Jin Yong, consejero delegado de Huawei en España, ha concedido a Zonamovililidad una entrevista exclusiva en la que trata el problema que vive actualmente la compañía y comparte sus impresiones sobre la situación actual y sobre la que pudiera ocurrir caso de que EE.UU. no modifique sus decisiones. Una cosa deja clara: Huawei tiene plan B y Europa debería tenrlo

Zonamovilidad: Señor Jin Yong, pocas veces en la historia se han vivido un ataque frontal de un gobierno a una compañía. ¿Qué es lo que está ocurriendo realmente? ¿Es un problema de competencia, por el rápido crecimiento de Huawei? ¿Un problema político en el que la empresa es la víctima?

Tony Jin Yong: Hasta hace cuatro años, Huawei era apenas conocido en España; la división de móviles tenía una cuota de mercado del 8% y ahora tenemos el 28% de la misma por volumen de ventas. Efectivamente, hemos crecido muy rápido y somos líderes absolutos en 5G (redes). Nos hemos ganado el mercado, a nuestros clientes, hemos promovido la colaboración entre empresas y el impacto de nuestras innovaciones, de nuestros productos tanto de infraestructura como de terminales o la altísima calidad de nuestros servicios (que responde, realmente, a la demanda de los clientes) ha sido determinante en esta situación

Detrás de los hechos hay intereses políticos e ideológicos; una pugna entre las dos naciones más poderosas del mundo: China y Estados Unidos y a nosotros nos han puesto en medio.

Intereses políticos e ideológicos

El problema que vivimos actualmente ha sido inesperado, pero forma parte de nuestro devenir. Detrás de los hechos hay intereses políticos e ideológicos; una pugna entre las dos naciones más poderosas del mundo: China y Estados Unidos y a nosotros nos han puesto en medio.

Para empezar, Huawei como compañía no tiene nada que ocultar; absolutamente nada que ocultar. El 100% de las acciones de la compañía pertenecen a los propios empleados y no tenemos ninguna relación empresarial con ningún gobierno, incluido el chino. La relación entre Huawei y el gobierno chino es similar a la que Indra tiene con el gobierno español o Siemens con el gobierno alemán.

Somos una empresa multinacional con sede central en China, somo chinos porque allí se creó la compañía y allí está nuestro departamento principal de innovación y desarrollo, que tantas patentes ha aportado a la industria. Pero hay que tener en cuenta que, hoy, la mayor parte de las innovaciones surgen de la colaboración entre compañías de diferentes países -incluido los Estados Unidos-, dentro de un esquema de trabajo conjunto en el que todo el mundo gana; todos los socios consiguen algún beneficio; de forma que colaboramos y trabajamos como un solo equipo para alcanzar esa inspiración que conduce a la innovación, a esa innovación que nos lleva a la transformación digital; lo cual beneficia a todos.

La relación entre Huawei y el gobierno chino es similar a la que Indra tiene con el gobierno español o Siemens con el gobierno alemán.

Por tanto, no se entiende que determinados intereses políticos, acuerdos comerciales, ésta o aquella forma de pensar, sin evidencia alguna, sin hechos constatados, sin nada que esté comprobado o verificado pueda desembocar en una prohibición caprichosa de semejante calibre. Es un mal antecedente, un mal ejemplo para el mundo entero. Y creo que se va a volver contra Estados Unidos.

ZM - ¿Contra Estados Unidos? ¿Cómo y por qué? Trump ha planteado un problema de seguridad nacional y el americano duda.

Se preguntan si su porvenir debe ser tan dependiente de los Estado Unidos y de una Administración que es capaz de ‘castigar’ a una empresa sin evidencias, sin ningún proceso legal o juicio.

TJY - Trump ha intentado enviar a Huawei al ostracismo prohibiendo a las compañías americanas mantener relaciones comerciales de cualquier tipo con nosotros; pero está ocurriendo justo lo contrario, son ellos los que se están quedando solos, porque ahora sí o sí, todas las empresas europeas, latinoamericanas, asiáticas, de Oriente Medio en lo primero que están pensando es en sí mismas, se están planteando qué va a pasar con su futuro. Se preguntan si su porvenir debe ser tan dependiente de los Estado Unidos y de una Administración que es capaz de ‘castigar’ a una empresa sin evidencias, sin ningún proceso legal o juicio. Por tanto, en este momento, cualquier compañía alrededor del globo se plantea reducir o mitigar la cantidad de componentes o la dependencia de las entidades americanas porque conlleva un riesgo muy alto. ¿Y eso es bueno para América? ¡Desde luego, yo creo que no!

Las empresas americanas piden a Trump una solución

De hecho, las empresas americanas deploran esta decisión y sólo hay que ver cómo, de forma conjunta, el pasado 17 de junio 601 compañías americanas firmaron una carta en la que pedían al presidente Donald Trump que resuelva las disputas comerciales con China.

ZM - ¿Y cuál es el papel de Europa en todo este conflicto?

TJY - La Unión Europea es completamente diferente, está compuesta por entidades inspiradoras que promueven y protegen un mercado abierto, el libre mercado. Recuerdo a un responsable de la Unión Europea que decía “no importa de dónde se venga, si respetan nuestras reglas y las hacen suyas, estamos abiertos a sus propuestas”. Eso significa apertura, libertad y la promoción de un mercado de confianza. Ese es el espíritu, el camino correcto, la regulación correcta, el verdadero concepto de libre comercio: no importa la procedencia, si se respeta nuestra regulación estamos abiertos a hacer negocios y entablar unas buenas relaciones comerciales.

Los dirigentes de muchos de los países europeos, entre los que se encuentran Reino Unido, Alemania, España o Francia han optado por no seguir las órdenes que llegan de América sino realizar sus propias valoraciones y toar sus propias decisiones.

Estados Unidos debe demostrar las evidencias de sus acusaciones

De hecho, estamos muy satisfechos porque en los últimos seis meses, los dirigentes de muchos de los países europeos, entre los que se encuentran Reino Unido, Alemania, España o Francia han optado por no seguir las órdenes que llegan de América sino realizar sus propias valoraciones y tomar sus propias decisiones. Además, los operadores, no sólo en Europa sino en el resto del mundo le han concedido a Huawei el beneficio de la duda y, de hecho, hemos recibido mucho apoyo por su parte; y hablo de Telefónica, de Vodafone, de Deutche Telecom, todos han dicho que más allá de las palabras necesitan hechos y que si alguien quiere culpar, criticar o atacar a otro, lo primero que hay que mostrar son evidencias de las acusaciones.

ZM - ¿Cómo afecta todo esto al concepto de trabajo colaborativo en el que se basa actualmente la industria?

TJY - Dentro de la industria de las tecnologías de la información, no se va a ninguna parte sin los socios adecuados. Sin colaboración entre diferentes empresas, la economía, la evolución, el futuro de la sociedad, la innovación no prospera. Eso es una evidencia. Por tanto, intentar volver a los tiempos de la Guerra Fría, de la primera o la segunda Guerra Mundial en que los países actuaban de forma aislada en base a una relación de poder en la que primaba la fuerza y el concepto de cómo no me gustas te ataco, hoy no se concibe. Hoy el mundo entero se beneficia y acepta unos acuerdos y un sistema que cobra sentido y es bueno si se trabaja de forma conjunta. Y, por supuesto que hay conflictos y opiniones encontradas, pero la solución es hablar, negociar.

Dentro de Huawei, se considera -y nuestro fundador nos insiste continuamente- que no debemos culpar a las compañías americanas con las que llevamos tantos años colaborando porque a ellas las han forzado a cortar las relaciones con nosotros; todo parece indicar que no están de acuerdo con la norma, pero como empresas estadounidenses que se deben a sus leyes. Hay un pequeño grupo, un pequeño club de políticos que toman decisiones en Washington y que no entienden el mundo actual, que desprecian al resto del mundo, desprecian a China y sólo piensan en exprimir y volver a exprimir a los demás; obligándolos a aceptar sus condiciones. Creen que es como una pelea entre dos hombres que se pegan hasta que uno cae y eso no puede ser.

Intentar volver a los tiempos de la Guerra Fría, de la primera o la segunda Guerra Mundial en que los países actuaban de forma aislada en base a una relación de poder en la que primaba la fuerza y el concepto de cómo no me gustas te ataco, hoy no se concibe

Si alguien sale herido de esta reyerta, si China sale herida de la misma, Estados Unidos saldrá igualmente dañada. Nadie va a quedar satisfecho y nadie va a sobrevivir. Ellos habrán golpeado o incluso vencido a Huawei, pero las entidades peor paradas de resultas de estos hechos son americanas. Y lo que están consiguiendo es que todo el mundo esté atemorizado. Hasta ahora hemos trabajado con empresas que ahora tienen que dejar de hacerlo y lo que va a ocurrir es que nosotros seguiremos adelante, pero sin ellos, con nuestros propios medios. Y si tenemos acuerdos y contratos firmados y las autoridades un día deciden que no pueden cumplirlos, ¿de quién será la responsabilidad?

Estamos tranquilos, en Huawei hay plan B

ZM – Centra usted la carga de la culpa en Estado Unidos, pero los perjudicados, al fin y al cabo, son ustedes

TJY - Nosotros estamos tranquilos, no tenemos miedo, no esperábamos que esto ocurriera, pero lo hemos asumido. Hace mucho tiempo que estábamos preparados por si una situación extrema de este tipo llegara a ocurrir. Para empezar, tenemos capacidad; para seguir, nosotros tenemos previsiones y hace mucho -alrededor de siete u ocho años- pusimos en marcha lo que denominamos ‘gestión de la continuidad del negocio. Por eso, la mayor parte de nuestras divisiones, las soluciones más importantes, los productos más destacados tienen un plan B y podemos seguir provisionando sin necesidad de recurrir a las empresas americanas. Podemos fabricar nuestros chips, manufacturar por nuestros propios medios, aportar los componentes, sustituir el software.

Es cierto que son tiempos difíciles para nosotros, especialmente en el mercado europeo de la telefonía móvil, ya que los usuarios utilizan mayoritariamente los servicios de Google. Así, dejando claro que ningún teléfono que esté actualmente en el mercado o en distribución -en las tiendas- va a tener ningún problema de software o de hardware, por razones legales evidentes, Google se podría ver obligado a dejar de vendernos sus soluciones y es entonces, si llega el caso, cuando podríamos perder la confianza de algunos de nuestros clientes; lo sabemos. Pero en nuestro negocio principal, que es el que realizamos con los operadores, no va a tener impacto alguno porque, como decía antes, tenemos el plan de continuidad de negocio diseñado hace muchos años: el plan B

Ningún teléfono que esté actualmente en el mercado o en distribución -en las tiendas- va a tener ningún problema de software o de hardware

ZM - Para que quede claro, Sr Jin Yong, dice que no necesitan a los americanos y que Huawei tomó medidas para que un posible desplante de los Estados Unidos no les afectara. Por tanto, ¿la caída en las cuentas de resultados sería puntual?

TJY – Efectivamente; no podemos predecir el futuro, pero sin las empresas americanas, nosotros podemos mantener nuestro negocio de infraestructuras y proveer a nuestros socios sin problema alguno.

En cuanto a los teléfonos, sobre los que ya están fabricados no habrá ningún impacto. Tenemos la certificación de Google y con respecto a las actualizaciones a Android Q, podemos afirmar que es más que probable que se lleven a cabo con normalidad y que no haya ningún problema (al día siguiente de esta entrevista Google confirmaba en prensa este punto). Las pruebas de Android Q se efectuaron hace tiempo y los teléfonos de Huawei estuvieron allí, fueron algunos de los utilizados para testear el software.

Indudablemente, nosotros mantendremos nuestras conversaciones con Google y ellos con la Administración americana y lo más seguro es que no pase nada. De hecho, su reacción ante el anuncio de Trump fue de gran sorpresa; se preguntaban cómo podía ser y cómo les iban a obligar a perder su mejor cliente.

¡Nosotros somos buenos, los mejores y no queremos ser los malos de esta película. De un día para otro, todo el mundo tuvo que empezar a buscar alternativas porque la industria se dio cuenta de que no se puede depender sólo de Google; hoy las decisiones de la Administración americana nos afectan a nosotros, mañana puede ser a otros y los fabricantes están decididos a adoptar medidas y a implementar nuevas opciones para sus clientes.

Hay alternativas disponibles al software de Google

Huawei tiene un potente departamento de investigación y desarrollo que se puso en marcha hace muchos años. No tengo los detalles acerca de posibles nuevos sistemas operativos o cuándo vamos a empezar a implementarlos, pero la lógica dice que si bien nuestra intención es seguir colaborando con Google e implementar Android en nuestros terminales -Huawei es uno de los socios principales de la Open Handset Aliance y nuestras contribuciones a AOSP han sido determinantes-, si no podemos acceder a su software, tenemos que tener alternativas disponibles porque la empresa tiene que sobrevivir y a los usuarios les gustan nuestro teléfonos, estábamos a punto de consolidar el liderazgo en el mercado mundial. Por tanto, la decisión no está en nuestras manos. Tenemos la capacidad de implementar un nuevo sistema operativo; si cabe la posibilidad de seguir colaborando con Google, lo haremos. La decisión está en sus manos y en las del Gobierno americano.

De cualquier forma, vista la situación, Europa se tiene que plantear tener alternativas; es la principal afectada. En China no tenemos productos de Google y utilizamos mapas, chats, distribuidores de software de otros desarrolladores como Wechat, Waze, Teezen, Allipay... tenemos muchas alternativas y el mercado no lo debe monopolizar nadie.

A lo mejor es momento de dar oportunidad a otras compañías europeas.

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