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Por Javier López Tazón
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javierlopezgmailcom/11/11/17
jueves 14 de octubre de 2021, 12:30h

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El nuevo procesador de Apple le ha sentado muy bien a las cámaras, tanto para fotografía como para vídeo. El iPhone 13 es bastante más que un iPhone 12 Pro vitaminado.

Tras una buena temporada probando terminales Android, regresar al mundo Apple con el iPhone 13 Pro Max es como volver a casa. Son muchos años utilizando iPhone y, aunque haya habido cambio de sistema operativo, es como cuando vuelves a ponerte unos zapatos que ya tienes hechos a tu pisada.

Una de las grandes ventajas que tiene Apple sobre el resto del mundo móvil es que controla tanto el software como el hardware. Eso le permite una eficiencia superior. De hecho, si comparamos históricamente las características técnicas de los sucesivos modelos de iPhone con la competencia equivalente del mundo Android, veremos que habitualmente, sobre el papel son superiores estos últimos, pero en los test de rendimiento no sucede lo mismo.

Es cierto que en estos últimos años, los procesadores que diseña y utiliza la compañía de Cupertino tanto para sus móviles y tabletas como para sus Mac (este próximo día 18 Apple presentará supuestamente nuevos portátiles...) están rompiendo récords. Y los A15 Bionic que llevan a bordo los últimos iPhone se salen de la tabla.

La renovación de iOS

En cuanto a la evolución del sistema operativo iOS, el que se encarga de que todo salga bien en un iPhone, la política de Apple es moverse a pasos cortos. La evolución de iOS 14 al 15 incluye pocas cosas nuevas aunque adapta todo para que tanto los nuevos procesadores como las pantallas, cámaras y baterías den lo mejor de sí mismas.

Esto por un lado hace que, aunque haya cambios, todo funcione igual para los usuarios con la incorporación de algunas novedades que tendrán que aprender a utilizar y, por otra parte, permite una gran retrocompatibilidad. Creo que no me equivoco si digo que el iOS 15, con su actualización 15.1, es el sistema operativo más joven del mercado móvil y, sin embargo lo podría utilizar un iPhone de hace seis años. Apple da soporte para el iOS 15 hasta el iPhone 6S.

Para mí, probar un nuevo iPhone es volver a casa, pero esta vez la he encontrado un poco desordenada

Para mí, probar un nuevo iPhone es volver a casa, pero esta vez la he encontrado un poco desordenada. Y no me refiero a que, por ejemplo, ahora la barra de búsquedas aparezca en la parte inferior de la pantalla (se puede configurar para dejarla arriba), sino a otro tipo de desajustes.

Me sorprendió -y nada positivamente- que tras haber desconectado el Apple Watch del iPhone anterior y haberlo enlazado con el nuevo iPhone 13 Pro Max, no fuera capaz de desbloquear el móvil utilizando la mascarilla. Era algo que ya había aprendido el iOS 14 con una actualización. Y, de pronto, no funcionaba... Pasé unas buenas horas trasteando y repitiendo el proceso de desenlazar y enlazar el reloj. Al final, era un fallo del sistema operativo que se arregló con la siguiente actualización. Ahora funciona.

Hay algunas cosas menores y otras algo más importantes, como en el uso de la cámara. Pero estoy adelantando temas. Ya volveré sobre ello.

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Aunque las renovaciones del sistema operativo no afectan únicamente a los nuevos terminales, Apple hace coincidir ambos lanzamientos, así que estoy probando simultáneamente iOS 15.1 y los iPhone 13. Funcionan al alimón como la máquina bien engrasada que son, aunque igual que en las piezas mecánicas, se necesita un cierto rodaje para que todo fluya como quieres. Algo que ahora es un pelín más complejo porque hay más opciones, como los Modos de concentración.

Es una de las opciones que más me ha costado. Al habitual No molestar, con todas sus posibilidades, se le añaden ahora un modo Descanso, otro de Tiempo Libre y un tercero de Trabajo. En cada uno de ellos se puede definir qué aplicaciones pueden mostrar sus notificaciones o qué contactos pueden interrumpir en cada uno de esos estados.

Hay otras funciones que todavía no están disponibles en todos los países o que están previstas para ir incorporándose en nuevas actualizaciones. ¿Cosas que me parecen interesantes y no he podido probar? Maps para empezar. Lo que han mostrado de San Francisco es espectacular, pero todavía no ha llegado a España.

También me parece una idea muy práctica poder añadir el DNI o el carnet de conducir a la cartera del móvil (o del reloj), pero de momento no lo podemos hacer.

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Con las manos en la masa

Hasta aquí, algunas novedades del nuevo sistema operativo de la compañía de la manzana. Pero ¿qué pasa con los móviles? ¿Cómo son?

Uno de los pasos más complicados para probar un móvil es poder configurarlo igual que el que usas habitualmente. Teniendo en cuenta que es probable que el disco duro del teléfono sea mayor que el de un ordenador o que muchos, aun pudiendo no hacen copia de respaldo, ¿cómo paso todo de un móvil a otro?

En caso de que sean dos iPhone y los tengas simultáneamente no hacen falta pasos intermedios: el contenido y la configuración del antiguo se copian en el nuevo. Puede ser que hayas entregado el antiguo para obtener un descuento... Apple ha organizado una especie de iCloud temporal (Temporary iCloud Backup) para que subas antes todo el contenido y lo almacenes hasta tres semanas para pasarlo al nuevo.

Y si el salto es de Android a iPhone, alfombra roja. Al igual que hacen Samsung, Huawei, Xiaomi... con sistemas que facilitan la migración del mundo androide al de Apple, esta última lo hace en sentido contrario: más fácil, más contenidos trasladables...

El proceso de copia directa de contenidos y configuración, de un iPhone 12 Pro de 512 gigas bastante lleno a otro iPhone 13 Pro Max no me ha llevado más de 10 minutos; en lo que se invierte más tiempo es en la personalización.

El juego de las diferencias

Afortunadamente, la estética del 13 es muy similar a la del 12. Ambos tienen el perfil recto, la pantalla plana y una imagen de solidez total, a la que contribuye saber que la pieza que tienes en la mano está hecha de acero inoxidable de rango quirúrgico con dos placas de cristal protegidas por Ceramic Shield, la delantera, y el "cristal más duro en un móvil", según rezan las características de la casa.

Los mismos botones y disposición ayudan a encontrarse en casa. Eso sí, para alguien acostumbrado a Android -excepto si es Sony-, demasiados botones: encendido a la derecha y los de subir y bajar el volumen y silenciar a la izquierda.

Esta muesca es el precio de contar con el mejor sistema de reconocimiento facial

También le extrañará al usuario de Android una muesca tan grande en la pantalla. Apple es prácticamente el único fabricante que mantiene una ventana de este tamaño. La mayoría muestran un único orificio. A pesar de que sea el 20% más pequeña que en la versión anterior, esta muesca es el precio de contar con el mejor sistema de reconocimiento facial, prácticamente el único fiable, que, además, es capaz de comprender los cambios de imagen, fotos, barba, bigote... y responder a ellos desbloqueando el móvil.

Sácame guapo, ¿eh?

La mayor diferencia del iPhone 13 Pro Max, por diseño y por funciones está en la trasera. El bloque de cámaras todavía resalta más. En lugar de esconderse, parece querer destacar, que se vea bien. Y es que el tamaño de las cámaras es más que notable.

Y no sólo el tamaño; también las funciones y el desempeño. No lo digo yo, lo dice el portal especializado en comparativas de móviles DxOMark. Lo ha colocado con 137 puntos, siete puntos por encima del Pro Max del año pasado.

Apple siempre ha optado por un estilo fotográfico muy equilibrado que daba como resultado fotos reales, con colores de verdad y con brillo natural. Es una característica que siempre he agradecido. Este año han decidido incluir una función diferente: se puede elegir el estilo que se quiere dar a las fotos entre Estándar, Alto Contraste, Brillante, Cálido o Frío. Y, todavía podemos actuar sobre ellos modificando tanto el tono como la temperatura del color.

Las cámaras han ganado en luminosidad y también en distancia focal

No se trata de filtros ni modos; es el estilo que aplicaremos a nuestras fotos. No va a cambiar el color de la piel ni de la ropa, es como si le diéramos una característica a una serie de fotos. Me parece una idea interesante.

Las cámaras han ganado en luminosidad y también en distancia focal. El gran angular -la cámara principal- tiene una apertura f/1,5, pero es que el súper gran angular -120 grados de campo visual- es un f/1,8. Me detengo en este objetivo porque estrenan con él el modo Macro que ya está presente en numerosos móviles Android.

Hasta ahora se podían sacar fotos estilo macro utilizando el tele, pero con los Pro usa el ultra gran angular para tomar fotos y grabar vídeos -más interesante si cabe- con autofoco a dos centímetros.

Apple, tenemos que hablar

Aquí hay un par de temas que deberíamos hablar. El primero (y regreso al octavo párrafo) es el desencuadre que se produce cuando pasa de una cámara a otra. Por ejemplo, estás acercando el móvil a una vara de flores, de repente hay un efecto de desencuadre y es que ha pasado de utilizar el gran angular al súper gran angular para saltar a modo Macro.

No es nada elegante. Tenía que funcionar como una transición fluida. El efecto es como si alguien te hubiese empujado.

¿Qué costaría poner un modo macro o indicar en la pantalla que has pasado a ese modo?

El segundo tema, aunque podría ser un apartado del primero, es: ¿qué costaría poner un modo macro o indicar en la pantalla que has pasado a ese modo? Para mí que facilitaría las cosas. Dicen que en una próxima actualización del sistema operativo estará resuelto. Se acumula el trabajo.

Continuando con las cámaras, la tercera es el tele. Es un 3x equivalente a un 77 milímetros, un tele muy adecuado para retrato y aquí tenemos la fortuna de que se puede combinar tele a 3x y modo retrato con desenfoque de fondo regulable.

El vídeo es la estrella

Más que el vídeo, en general, la estrella de esta edición de iPhone es el modo Cinematográfico. Aquí tenemos que hablar del procesador, porque sin el A15 Bionic sería difícil lograrlo.

Es el ultimísimo procesador de la casa. Y no, efectivamente, no es un octacore. Pero en Cupertino presumen de que es más potente que cualquiera de la competencia. La CPU trabaja con seis núcleos en lugar de los ocho habituales en el mundo Android, pero según sus test su rendimiento es más que un 50% más rápido que estos, lo mismo que sucede con su GPU (procesador gráfico).

El resultado, tanto en fotos como en vídeo es espectacular y, además, la edición es muy sencilla

Tal vez de lo que más se beneficia el modo Cinematográfico es el procesador neuronal (Neural Engine), con 16 núcleos ha sido desarrollado conjuntamente con los equipos de hardware y software dedicados a las cámaras. Pone a su disposición una capacidad de 15.800 millones de operaciones por segundo con las que le permite vídeos en los que el enfoque se centra en el personaje (u objeto) que importa en cada momento, algo que se puede hacer mientras se graba o posteriormente en edición, a la vez que se puede jugar con la intensidad de la profundidad de campo.

El resultado, tanto en fotos como en vídeo es espectacular y, además, la edición es muy sencilla, algo que siempre me ha dado cierta pereza.

La pantalla, la otra estrella

Vuelvo a tirar de DxOMark para hablar de la pantalla de este iPhone 13 Pro Max. Con 99 puntos, es la mejor valorada por este portal. Y eso que tiene la desventaja de mantener un flequillo grande. Por cierto, a ver cuando son capaces de ocultar la cámara bajo la pantalla sin perder resolución.

Para mí no es lo más importante. De hecho, prefiero las 6,1 pulgadas de la pantalla del Pro, pero la superficie de visualización es enorme: 6,7 pulgadas. Lo que da un móvil bastante grande (160,8 x 78 x 7,65 milímetros y 240 gramos de peso) que puede resultar incómodo en el bolsillo. Curiosamente, en la mano se sostiene bastante bien. El peso está equilibrado.

La tasa de refresco se adapta en función de lo que se necesite en cada momento: desde los 10 a esos 120 hercios

Desde la orilla Android siempre se ha criticado a Apple por dos cosas: la batería y el poco refresco de pantalla. Este año, parece que no van a tener excusas. Han llevado la calidad de la pantalla Pro Motion del iPad Pro al iPhone. El refresco de pantalla máximo es de 120 hercios, pero es adaptativo: en función de lo que se necesite en cada momento va desde los 10 a esos 120 hercios.

Esto está totalmente relacionado con la duración de la batería, ya que el refresco de pantalla alto es un auténtico devorador de batería. A lo que además, hay que añadir que este panel OLED soporta 1.000 nits de brillo y picos de hasta 1.200 con fotos y vídeos en alto rango dinámico. Por cierto, soporta Dolby Vision, HDR10 y HLG.

Pues con todo, ha habido ocasiones en las que le he sacado dos días de uso. Bueno, un día, la noche y otro día... Los datos que comunica Apple son 28 horas de vídeo (que bajan a 25 si es en streaming). No destaca en velocidad de carga: 50% de la batería con 35 minutos con un adaptador de 20 vatios, que, por cierto, no está en la caja. En ese tiempo, otros móviles con baterías más grandes ya están al 100%. Cabe decir a favor de Apple que la rapidez de carga suele ir en detrimento de la salud de las baterías...

La unidad que sigo probando es el iPhone Pro Max con 512 gigas de almacenamiento en color azul alpino (me gustaba más el azul del año pasado) y su precio es de 1.609 euros. Todavía hay un modelo más caro, con un tera de almacenamiento (1.839 euros). Los iPhone Pro Max arrancan en 1.259 euros.

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