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sábado 13 de marzo de 2021, 12:00h

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El Samsung Galaxy S21 está fabricado en plástico pese a costar más de 800 euros, y además no incluye cargador en la caja. Es, a su vez, uno de los mejores terminales de gama alta que puedes adquirir ahora mismo en el mercado

El Galaxy S21 es el hermano pequeño de la nueva hornada de terminales pertenecientes a la familia insignia de Samsung que la firma coreana ha lanzado al mercado. Pero que su tamaño ligeramente reducido no lleve a confusión, este terminal no es una versión ‘lite’ con especificaciones más modestas, sigue siendo todo un gama alta, en un formato más compacto.

Diseño: Bonito, pero en plástico. Sin cargador incluido

El Galaxy S21, como toda la familia S21, tiene un diseño ciertamente diferencial frente al resto de móviles del mercado. Esto se debe a su módulo de cámaras, que es una continuación del marco de aluminio que se extiende sobre la parte trasera. Este efecto se acentúa en ciertas versiones de color en el cual el marco y la trasera del terminal poseen diferentes tonos y generan contraste. Es así con nuestra unidad de pruebas, cuyo marco y módulo de cámaras es dorado, mientras que el cuerpo del terminal posee un bonito tono violeta.

Un aspecto algo polémico del Galaxy S21 es su material de construcción, pues se trata de un terminal fabricado en plástico (esto no es así en el s21+ y el S21 Ultra cuya trasera es de cristal). Esta decisión de utilizar plástico en lugar de materiales habitualmente considerados “más premium” como el metal o el cristal, con la intención de abaratar costes, ha sido criticada por algunos usuarios, al tratarse de un dispositivo que cuesta cerca de 900 euros. Dichas quejas son perfectamente válidas pues podemos encontrar móviles con mejores materiales en gamas medias, pero es necesario matizar que el S21 no se siente en mano como un terminal barato, ni mucho menos. El plástico, en este caso policarbonato, tiene un acabado de gran calidad, agradable al tacto y que gracias a su tonalidad mate no muestra huellas. Su peso también se ve beneficiado por la ligereza del plástico, pero no pierde robustez, pues esta se la aportan sus marcos de metal.

Una vez aclarado el anterior punto, y haciendo un repaso rápido a la distribución, en el canto derecho encontramos el botón de apagado y el control de volumen, sin diferenciación mediante color o cierta textura entre uno y otro, por lo que sin luz puedes llegar a pulsar el botón erróneo. El canto izquierdo queda de esta forma desnudo, así como el superior, que solo contiene unos micrófonos. En el canto inferior encontramos la ranura para la tarjeta SIM (ya no se permite ampliar la memoria con una Micro SD, frente a versiones anteriores de la gama Galaxy S que si contaban con dicha posibilidad), y el puerto de carga, USB C.

Respecto a la recarga, es necesario mencionar otra de las polémicas que han acompañado a toda la familia S21 desde su lanzamiento. Como hizo Apple con sus últimos Iphone 12, los nuevos Galaxy no incluyen cargador en la caja (que sí cable). Esta decisión, defendida bajo argumento medioambiental (menos bloques de carga, los cuales para Samsung todo el mundo debería tener en sus domicilios, implica menos futuros residuos) hace perder a los usuarios no solo el cargador, si no que se dejan de incluir los auriculares fabricados en colaboración con AKG. Como consecuencia de esta novedad, la caja en la que viene el móvil es a su vez más fina, generando menos residuo y permitiendo un transporte más limpio y eficiente, pudiendo incluir más cajas por partida. Queda en manos de los usuarios decidir si todos estos argumentos les convencen o si se trata de otra estrategía de las firmas para crear un problema y vender la solución.

Cámaras: versatilidad y modo retrato sobresaliente

Las cámaras son uno de los principales atractivos del Galaxy S21. Su módulo de cámara se compone de tres sensores, el principal de 12 megapíxeles, con apertura F/1.8 y estabilización óptica de imagen. Un gran angular, también de 12 megapíxeles, cuya apertura es algo menos luminosa, F/2.2. Por último, un sensor telefoto de 65 megapíxeles con apertura F/2.2 que permite una suma de zoom de hasta 30 aumentos sumando el óptico y el digital. Este completo plantel de sensores van a cubrir con soltura la mayoría de situaciones que un usuario medio desee fotografiar, convirtiendo al móvil en una versátil cámara capaz de capturar toda clase de momentos.

Las fotografías que obtendremos del Galaxy S21 tienen una gran calidad, buen nivel de detalle y un rango dinámico muy conseguido. La representación de los colores sigue tendiendo ligeramente a la exageración de la saturación, una constante del procesamiento de imagen de Samsung, pero se ha ido atenuando con los años. Esta tonalidad concreta no se modifica además, al cambiar entre los diferentes sensores con los que cuenta el terminal.

Importante mencionar lo rápido y eficiente que es el enfoque del s21, sin necesitar de un sensor extra como el enfoque láser del S21 Ultra.

Por ponerle un pero a la cámara, en situaciones de poca luz la cantidad de detalle se pierde notablemente, pues hay una gran tendencia a la sobre-suavización de las diferentes texturas.

El modo retrato (hasta ahora ‘enfoque dinámico’, en el menú) es de los mejores del mercado. Realiza una perfecta tarea de detección de los bordes del sujeto que queramos destacar frente al fondo desenfocado.

El vídeo sigue mejorando con cada nueva entrega de la familia Galaxy S, pudiendo grabar hasta en 8K a 24 fotogramas por segundo. Aún así todavía se encuentra un peldaño por debajo del indudable rey de captura de video en smartphones, el Iphone. Enfoque y estabilización han mejorado notablemente respecto a la versión anterior, pero aún quedan pequeños detalles por pulir.

Rendimiento, batería y métodos biométricos de desbloqueo

Pese a no contar con un procesador Snapdragon de ultimísima generación (al menos en la versión internacional), el Exynos 2100 de 5 nanómetros que monta este Galaxy S21 permite al terminal funcionar con una gran fluidez, sin mostrar ninguna clase de lag en el uso del día a día. A la hora de realizar tareas más exigentes esto no cambia y el dispositivo es capaz de mover juegos con gráficos 3D a calidad máxima sin despeinarse.

A esta sensación de fluidez total ayuda lo bien optimizado que están las nuevas versiones de la capa de personalización de Samsung sobre Android 11, One UI en su versión 3.1, que tiene mejoras de estabilidad y rendimiento. A su vez, la tasa de refresco de 120 hercios del panel Dynamic Amoled hace que todas las animaciones se muevan con envidiable suavidad.

El punto negativo de dicha potencia y fluidez en un dispositivo algo más compacto (6,2 pulgadas) pasa por el rendimiento de la batería. Este es precisamente uno de los puntos flacos del móvil. Sus 4000 mAh de capacidad flaquean de forma evidente ante un uso intensivo del terminal, que no aguanta un día completo y se queda en las 4 horas de pantalla activa. Otros puntos importantes a mencionar son que el terminal cuenta con carga rápida, pero tendremos que tener -o comprar- un cargador compatible con la misma, ya que no lo incluye en la caja. Asimismo permite carga inalámbrica y carga inalámbrica inversa, para poder compartir autonomía con otros dispositivos pegando las tapas traseras de los mismos al S21.

En cuanto a sus sistemas biométricos de desbloqueo hay que destacar lo bien que funciona el lector de huellas en pantalla. Como es costumbre en Samsung se trata de un sensor ultrasónico, que es más eficiente y rápido, frente a los ópticos de otros terminales. Además en esta nueva hornada de terminales el espacio en el que colocar la huella para su reconocimiento es bastante más amplio, facilitando la tarea del desbloqueo del móvil.

Si así lo deseamos también podemos hacer uso del desbloqueo facial, pero es menos seguro pues puede ser trucado con una fotografía al no contar con ningún sensor de profundidad como si incluyen los Iphone de Apple.

¿Debería comprarlo?

En resumen, el S21 es un terminal casi perfecto (si buscas un móvil relativamente compacto) en cuanto a calidad de la pantalla, procesador, así como diseño elegante y actual, al cual su precio elevado y construcción de plástico le hacen perder enteros. Estos elementos sumados a la falta del cargador incluido en la caja, pueden poner en duda la estrategia de Samsung de abaratar costes recortando en materiales y accesorios clave.

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