La situación de Taiwán lleva décadas siendo compleja. Desde que concluyó la Segunda Guerra Mundial, China reclama esta isla como parte de su territorio y actúa como si lo fuera, gobernándolo desde Pekín con amplia influencia en varias zonas de la isla, pero la realidad del día a día es que es una nación independiente parcialmente reconocida (apenas por una veintena de pequeñas naciones) con elecciones democráticas desde 1996 dependiente en muchas cuestiones de China, pero con una fuerte economía independiente centrada en la tecnología (ordenadores, semiconductores, telecomunicaciones, tabletas, smartphones, nanotecnología y optoelectrónica).
Los problemas para Taiwán se han acrecentado después de que China haya realizado diferentes incursiones militares en el espacio aéreo y marítimo de Taiwán y de que Estados Unidos haya realizado varias excursiones diplomáticas a la isla, provocando el enfado de Pekín.
En este contexto de inseguridad política y militar en Taiwán, las autoridades locales han pedido a sus aliados que apoyen la continuidad del status quo actual de la isla en caso de que las amenazas e intimidaciones beligerantes de China alcancen un nuevo nivel.
"Taiwán está dispuesto y es capaz de reforzar la cooperación con los socios democráticos en la construcción de cadenas de suministro sostenibles para los chips de la democracia"
En este sentido, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen ha asegurado, durante una reunión con el gobernador de Indiana, Eric Holcomb, durante su visita a la isla, que "Taiwán está dispuesto y es capaz de reforzar la cooperación con los socios democráticos en la construcción de cadenas de suministro sostenibles para los chips de la democracia". "En este momento, los aliados democráticos deben permanecer unidos e impulsar la cooperación en todos los ámbitos", apunta Ing-wen.
En este sentido, la presidenta de Taiwán insiste en la importancia de mantener la situación político-económica de la isla para poder garantizar el suministro de los semiconductores en un contexto fundamental.
Los ingresos mundiales por semiconductores crecerán un 7,4% este año
Leer más
Taiwán, principal centro de producción de chips mundial
La tensa relación geopolítica entre China y Estados Unidos ha situado a Taiwán en el centro de las operaciones ya que la isla es un activo necesario y fundamental para el éxito tecnológico del resto del mundo al ser el principal centro de producción de semiconductores de todo el mundo, lo que provoca que ambas superpotencias sean dependientes de la pequeña isla.
La mayoría de fundiciones se enuentran cerca de las denominadas playas rojas, puntos marcados por los estrategas militares como posibles lugares de desembarco de una invasión china
La beligerante actitud de China frente a los movimientos estadounidenses en la puede poner en riesgo los suministros de semiconductores a nivel mundial ya que una invasión de la isla por parte de China implicaría acciones militares que podrían afectar directamente a las fundiciones lo cual cortaría también el suministro de chips a la inmensa industria electrónica de China, tanto por daños en la infraestructura (las fundiciones se encuentran en la llanura de la costa occidental de Taiwán, a unos 130km del punto más cercano con China y cerca de las denominadas playas rojas, puntos marcados por los estrategas militares como posibles lugares de desembarco de una invasión china) como por el aislamiento de la cadena de suministro mundial al que sería, previsiblemente, impuesto como castigo.
“No se trata sólo de nuestra seguridad económica”, sino que “parece que también está relacionado con nuestra seguridad nacional”
En palabras del ministro de Economía de Taiwán, Wang Mai-hua, “no se trata sólo de nuestra seguridad económica”, sino que “parece que también está relacionado con nuestra seguridad nacional” por lo que el éxito de la industria está profundamente entrelazado con el futuro de la isla.
Pese a ello, ambas superpotencias trabajan para romper su dependencia de la isla. Desde Washington ya han convencido a TSMC de que abra una fundición en Estados Unidos y han aprobado una inversión de 52.000 millones de dólares en el sector, mientras que China está realizando inversiones de niveles similares pero su industria está años por detrás de la de Taiwán.
La isla concentra el 92% de la capacidad de fabricación de semiconductores más avanzados del mundo, según un informe de Boston Consulting Group y de la Asociación de la Industria de Semiconductores (el lobby de Estados Unidos del sector). El restante 8% está en manos de Corea del Sur.
Foto: Depositphotos